La fiesta de toros, se llama también FIESTA BRAVA. ¿De dónde le viene el nombre? Pues de que en ella, todo gira en torno del TORO, cuya principal cualidad para que pueda darse el acto de dominarlo con arte, es la BRAVURA, que se manifiesta por medio de la EMBESTIDA. El toro que no EMBISTE, no se puede torear… es el toro MANSO.
Pongamos un poco en orden las ideas: ¿Qué es lo que mueve a un toro a embestir? Su INSTINTO. ¿Cuál instinto? EL INSTINTO DE CONSERVACION. Y hablando de la BRAVURA, ésta se manifiesta, sólo porque el toro EMBISTE. El instinto de EMBESTIR es una reacción del animal a la inquietud que le produce estar separado del rebaño. Cuando los toros están en el campo, están reunidos en rebaños, lo que es un sentimiento gregario que hace que no ataquen, pues agrupados se sienten protegidos, tranquilos y se puede circular en medio de ellos, sobre todo si se hace a caballo. Pero en cuanto a una circunstancia cualquiera se sienten aislados, embisten a todo lo que se mueva, sea peatón, jinete, vehículo, etc. como si en ello vieran un obstáculo para poder reunirse con sus hermanos.
Los factores para que se dé la embestida, son esencialmente cuatro: Instinto ofensivo, Instinto Defensivo, la fortaleza del toro, y sus armas.
El instinto ofensivo, es LA BRAVURA, y ésta se mide por la EMBESTIDA, por la calidad de la misma, de la que depende la facilidad para torearlo, o su peligrosidad.
El instinto defensivo no es una cualidad… se refiere a la utilización de las armas de que la naturaleza los dotó: sus cuernos. Es, pues, la defensa con la cabeza: EL DERROTE. A esta reacción, característica del nerviosismo propio de cada raza de toros, se le denomina CASTA. Pero hay BUENA CASTA, y MALA CASTA… a esta última se le llama NERVIO o GENIO. Un poco de GENIO, hace que el animal caiga en una inocencia deplorable, pero un exceso, lo hace más difícil y peligroso. Esta característica, se puede acentuar con la edad, y se dice que adquiere SENTIDO, embistiendo con la cabeza alta, revolviéndose para coger a su adversario, tirando cornadas, e intentar arrancar la franela de las manos del lidiador. Este instinto defensivo, puede aumentarse también por el exceso de capotazos de parte de las cuadrillas, y las “pasadas en falso” al poner las banderillas.
La fuerza física, el poder de los toros, se une a los factores anteriores, y por eso hay que tener mucho cuidado en la vigilancia de su adquisición. Muchas veces se confunde la fuerza física con el volumen y peso de los astados, pues muchas veces, el peso es el resultado de una alimentación acelerada, que hace que se le pongan kilos de más, a los que puede sostener el esqueleto del bovino. La fuerza física, se da con la edad y el ejercicio. Hay ganaderías que tienen “correderos”, y en ellos ejercitan a sus pupilos. La fortaleza también evita que los toros se caigan en el redondel durante su lidia, perjudicando el buen desarrollo de la misma.
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