El Ajedrez cuenta la historia de los Pueblos

Conrado Roche Reyes

21 de fino acabado, que forman dos ejércitos sobre un tablero de madera, llama la atención poderosamente de una joven, Efrency Viridiana Aguilar Denis, quien no puede resistir la tentación de tocar un caballo de matiza bronceado.

Cerca de ahí, otra joven estudiante, Lirio Lolbé Pacheco Canché, acerca el rostro para apreciar mejor los glifos que representan los 19 meses del calendario maya, grabados en un tablero en el que reposan, como el preludio de una batalla, 32 trebejos que representan a personajes y edificios del Mayab.

Estos juegos, de variados tamaños y coloridos, forman filas que va formando Rosa María Ballote Alamilla para una exposición multicultural de las que ha participado en varias.

Egipcios contra romanos, aztecas, mayas e incas contra españoles, cruzados Vs. infieles y hasta soviéticos enfrentados a norteamericanos recrean numerosos pasajes de nuestra historia antigua y moderna en la peculiar muestra de ajedrez de colección, hechos de los más diversos materiales.

Los juegos de ajedrez son sólo una parte de la exposición, pues hay también piezas gigantes, tableros murales y óleos con motivos ajedrecísticos, obras todas de la artista plástica Sara Lourdes López Godoy.

Desde el frágil cristal hasta el duro metal de diversas aleaciones dan forma a las piezas y palestras de la exposición. Hueso, cerámica, barro, madera plástico, ónix y piedra dan forma también a la exposición cuyos trebejos cuentan las gestas de los pueblos.

Un recorrido por la historia de diversas épocas y regiones del globo terráqueo, una lección amena que no deberían perderse estudiantes. Es más, los maestros y directores de escuelas deberían organizar excursiones para visitar alguna de las exposiciones cuando estas se anuncien, igual que lo hacen en los pasadías de la feria de X’maktuil.

El mundialmente famoso calendario azteca cubre todo el campo de batalla en un tablero hecho de pasta y madera, propiedad del empresario Gonzalo Marín Gómez, director de la Biblioteca Municipal de Ticul.

Uno de madera, muy pintoresco, recrea las principales fuerzas de la “guerra fría”: la hoy extinta Unión Soviética contra el imperio del “Tío Sam”, su bandera de barras y estrellas. Generalmente, se toma el ejército de las blancas como el bando bueno y el de las blancas como el bando bueno. En este caso, el juego, (también de Marín) se elaboró en Rusia, así que Stalin, Lenin, Gorbachov y compañía son los buenazos. Los gringos, por supuesto, son más que malosos, son diabólicos. Fuera del ámbito del juego ciencia, no solo los ex soviéticos piensan eso.

Emperadores, centuriones y soldados romanos, apoyados en torres de asalto características de su época, miden fuerzas con faraones sacerdotisa y escribas en otro juego hecho de plomo y pintado a mano, con tablero de madera.

La Danza de los Viejitos, emblemático bailable de Michoacán, hecho de madera, en la que chozas de paja hacen las veces de torres, es propiedad del doctor Laureano Cárdenas Marín. Uno metálico es propiedad del profesor Fernando Cruz Escalante, entusiasta competidor de la tercera edad.

En el ajedrez que revive la cultura Inca, un par de llamas ocupan el lugar de los caballos, animales que no se conocían en Perú antes de la llegada de los españoles. Atahualpa encabeza ahí a las fuerzas aborígenes contra los conquistadores llegados del viejo continente.

Un juego medieval, de la mencionada Sara Lourdes, tiene llamativo tablero con las casillas ornamentadas con las flores de lis. Los reyes católicos. Isabel y Fernando dirigen a las huestes blancas. Soldados con armaduras de la época personifican a los peones, esas piezas a las que el inmortal Philidor consideraba “el Alma del Ajedrez”.

Los países de procedencia de los juegos son tan lejanos como diversos: Perú, Estados Unidos, Belice, China, India, Rusia, España, por citar algunos. ESTOS ARTISTAS AMANTES DEL AJEDREZ SE MERECEN TODO NUESTRO RESPETO Y ADMIRACION, EN ESPECIAL Sarita, nuestra paisana, de la que hablaremos en próxima colaboración.