Juan Diego Casanova Medina
Domesticada la fiera en los primeros seis episodios, un feroz despertar terminó con la anemia ofensiva que acumuló en ese lapso con el jonrón de tres carreras de Leo Heras, quien coronó un ataque de cuatro carreras en el fondo de la séptima entrada con las que los Leones de Yucatán, viniendo de atrás, lograron un explosivo triunfo de 4x2 sobre los Rieleros de Aguascalientes y emparejaron la serie a un triunfo por bando.
Las cenizas de Leonel “El Coronel” Aldama Rosell que ayer se esparcieron en el terreno del Parque Kukulcán Alamo, sirvió de inspiración para los Reyes de la Selva que sacaron la victoria a sangre y fuego que presenciaron 6,129 aficionados.
La entrada de las emociones se aprovechó para cavar la tumba de los “maquinistas” y como lo han hecho, la ofensiva del conjunto melenudo se gestó con dos tercios fuera estando en la lomita de los disparos, un veterano de mil batallas y ex big leaguer, José “Papá Grande” Valverde, quien fue sacudido por el descomunal trancazo que superó los espectaculares del jardín derecho. Un auténtico bombazo que le costó la derrota.
El México-americano Brandon Quintero relevó al dominicano José Valdez y retiró sin problemas los primeros dos tercios del séptimo inning. A Jonathan Jones y a Walter Ibarra, con sendos elevados al campo en corto y al central, en ese orden, pero algo le pasó después del imparable que admitió del ítalo-norteamericano Alex Liddi, apenas el tercer jit que conectaban los Leones.
Por un problema físico, Quintero fue sustituido por Valverde, quien ante lo repentino de su relevo, tuvo todo el tiempo del mundo para “calentar” su brazo. Una vez que estuvo listo, le firmó boleto gratuito a la inicial al culichi Luis Felipe “Pepón” Juárez, quien no se dejó vencer por la desesperación y le ganó la batalla al lanzador importado.
En turno del “Pepón”, Liddi se estafó la intermedia y luego anotó la carrera del empate impulsado por incogible al izquierdo del mochiteco Sebastián Valle. Lo mejor estaba por venir y a la cuenta de 2-1, Heras conectó el cañonazo que explotó en el estacionamiento por el jardin derecho, con el cual, los Leones le dieron la voltereta al marcador.
El ex melenudo Maikel Cleto relevó a su paisano Valverde y tras obsequiar la base por bolas al michoacano José Juan Aguilar, quien se estafó al intermedia y llegó a la antesala por pásbol del receptor Carlos Rodríguez, puso fin a la amenaza retirando a los siguientes tres bateadores, a Jorge Flores, Jonathan Jones y Walter Ibarra, por la vía de los strikes.
La “locomotora” que arrolló en la noche anterior a las fieras, se quedó sin “combustible” gracias al soberbio pitcheo del cubano Yoanner Negrín, quien con otra apertura de calidad, mereció mejor suerte. Sin embargo, no contó con el apoyo ofensivo de sus compañeros que despertaron en el inicio del último tercio del juego, por lo que la decisión quedó en manos del bullpen.
Negrin lanzó seis entradas de una carrera, la que admitió en la cuarta entrada y que remolcó con doble Marc Flores, enviando a la registradora desde la inicial a Michale Wing.
El “Asere” repitió la monumental actuación de su anterior salida, ante los mismos Rieleros, en cuanto a bases por bolas (3) y ponches (10), aunque en el “Andén” lanzó 7 entradas, una menos en el juego de anoche. En dos salidas, Negrín acumula 20 ponches.
Sentado en un barril de pólvora, el venezolano Ronald Belisario (2-5) el sorpresivo ganador, se repuso de una pifia de Jorge Flores con el rodado de Michael Wing y colgó la argolla de la séptima entrada.
El guasavense Andrés Àvila cumplió con su nueva función de preparador y en riguroso orden despachó el octavo episodio.
Sin embargo, las angustias llegaron con el debut en el Parque Kukulcán Alamo del flamante cerrador, el norteamericano Josh Lueke, quien con su titubeante labor, le puso la cuota de dramatismo al final del partido.
Para darle la bienvenida, entró de bateador emergente el hermosillense Francisco Lugo y con imparable al central le dio forma al ataque rielero. El veracruzano Eliécer Ortiz fue víctima del espectacular fildeo de José Juan Aguilar, quien atrapó la pelota de “cordón de zapata” y le robó un jit al jardinero central.
Lueke dominó a Richi Pedroza con rodado a la inicial que tomó Xavier Scruggs pero el disparo a la segunda colchoneta fue desviado lo que obligó a Jorge Flores estirarse al máximo para atrapar la pelota. Pedroza se estafó la intermedia y tras la base por bolas a Edson García, Michael Wing produjo la segunda carrera de los Rieleros que cerró el encuentro.
El veterano Saúl Soto mostró sus dotes histriónicas al alegar que recibió un pelotazo tras un lanzamiento ceñido lo que obligó al manager Félix Fermín solicitar el desafío el que no prosperó ya que la bola que marcó el ampayer de jom Rafael Martínez no se revocó después de la revisión. Al final, Soto gorreó la inicial y con la casa llena, Lueke puso fin a la rebelión de las “máquinas” dominando a Marco Flores con rodado a la intermedia, para su décimo salvamento de la temporada.
Por hacer su show en la sexta entrada, el piloto de las fieras, Luis Carlos Rivera fue expulsado en la sexta entrada por reclamar el strike que marcó el ampayer de primera base, Vicente Madero.
Para definir la serie, el duelo será entre los Valdez. Por los Leones, lanzará el dominicano César, quien tiene récord de 9-1; 2.69 ERA y por los Rieleros, el neolaredense Rolando, con marca de 1-3; 8.14 ERA.
Otro prospecto melenudo, a los Padres
La Academia de Beisbol del Pacífico, donde se forman integralmente los jóvenes más brillantes de los Leones de Yucatán, continúa dando grandes frutos, al concretarse este miércoles la firma del infielder Hugo Sánchez con la organización de los Padres de San Diego.
Sánchez se desarrolló durante dos años bajo el novedoso programa que tienen la fieras en la Academia de Beisbol del Pacífico, puliéndose al máximo en el ámbito deportivo y educativo desde que lo firmó el scout selvático, Enrique Rosales.
La nueva firma de San Diego, tiene 16 años y juega perfectamente el campo corto, segunda base y tercera base, entre sus habilidades está su poderoso bateo del lado zurdo, teniendo además muy buenos contactos a la banda contraria.
Hugo se convierte en el jugador número 33 en salir de las filas melenudas hacia una organización de Grandes Ligas, consolidando la gran gestión que han tenido los hermanos Arellano Hernández en su innovador sistema de desarrollo de talentos.