El deporte es más que una actividad recreativa para millones de personas, es su forma de vida, ya sea que lo practiquen en forma lúdica o a nivel profesional.
El negocio del deporte se convierte, en muchos casos, algo de familia, por lo que es normal ver a grandes dinastías practicar la misma disciplina y, en otros casos, de diferentes actividades.
En muchos de estos, no siempre, el hijo y el padre son exitosos dentro del deporte, pero en muchos otros se ve que ambos triunfan, o cuando menos, tienen alto nivel competitivo.
En nuestro Estado hay varios ejemplos de familias enteras, o partes de ellas, que están involucrados en el deporte, muchos de ellos como atletas, otros como entrenadores, o promotores, pero que han dado renombre a Yucatán.
El ejemplo más claro de esto es sin duda el caso de los Guty Espadas, Gustavo Espadas Cruz y Gustavo Espadas Espinoza, siendo la primera pareja de padre e hijo en proclamarse Campeones del Mundo de Boxeo.
Guty padre fue monarca de peso mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) desde 1976, cuando noqueó a Alfonso López en 13 asaltos, hasta perderlo en 1978, ante Betulio González, en 15 asaltos, defendiendo en 4 ocasiones el cetro.
Por su parte, Guty Jr. se alzó con el título de peso pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en el año 2000, ganándole por decisión técnica a Luisito Espinosa en el undécimo asalto; defendió el cinturón una vez antes de perderlo ante una cerrada decisión contra Erik El Terrible Morales en el 2001.
Ambos peleadores fueron muy exitosos, logrando llegar a la cúspide de su profesión, consiguiendo sendos campeonatos del mundo, y haciendo lo que nadie había logrado antes de ellos.
En nuestro Estado, el Rey de los Deportes, el Béisbol, es el deporte más seguido y querido, así como donde más jugadores yucatecos han llegado al máximo circuito de la pelota mexicana.
Entre estos nombres de jugadores que han sido éxitos, tanto el padre como el hijo está el Príncipe de Temax, Géner Rivero, su carrera dentro del mejor béisbol mexicano comenzó en el año de 1973, debutando con los Cafeteros de Córdova, donde fue titular hasta 1979.
Durante 4 años fue el ganador del guante de oro como paracorto, bateó 1,342 hits en su carrera; en el beisbol invernal jugó con los Tomateros de Culiacán, con los que estuvo en la Serie del Caribe de 1976.
Para 1984 se enroló con los Leones de Yucatán, logrando ese año el Campeonato de la pelota veraniega, retirándose en 1994.
Por su parte, su hijo Alejandro ha seguido los pasos de su progenitor. Comenzó su camino en la Liga Mexicana en el año de 2011 con los melenudos, saliendo a los Rojos del Águila de Veracruz en 2013; para el 2018 fue cambiado a los Tecolotes de los 2 Laredos y en 2019 a los Olmecas de Tabasco.
Otra pareja de padre e hijos dentro de la pelota caliente son Roberto y Julio Pérez, quienes han estado por varios años involucrados en la Liga Mexicana, como pelotero, y como coach, en el caso del primero.
Roberto, oriundo de Cansahcab, tuvo un paso por el béisbol profesional, sin embargo, es más recordado como parte del staff de coacheo de diferentes equipos del circuito veraniego, donde ha trabajado por varios años con éxito.
En el caso del hijo, Julio, vive en estos momentos su mejor etapa como pelotero, su conjunto actual son los Bravos de León, donde se ha consolidado en la primera base.
Su primer conjunto fueron los Leones en el 2011, después a estado con los Piratas de Campeche, Pericos de Puebla, Olmecas de Tabasco y Toros de Tijuana.
Otros ejemplos dentro del béisbol son los “Diablos” Magaña, quienes padre e hijo se vistieron con la franela de los Leones de Yucatán en la LMB, y ahora un nieto, Rafael Mena Magaña es prospecto.
Los oriundos de Umán son ejemplo de estas dinastías familiares que han seguido la carrera familiar dentro del deporte, padre e hijo de nombre Gabriel, y ahora el nieto del primero y sobrino del segundo, son ejemplos de ello.
En el atletismo, para seguir con esto, se debe de pesar en los Enrique Cerón, Espinoza el padre y Viana el hijo, oriundos de Oxkutzcab han sido pieza fundamental de esta disciplina en el Estado.
El papá, aunque en su momento fue atleta, es más reconocido como entrenador, siendo uno de los mejores del Estado, además de haber sido directivo, se le reconoce por haber descubierto a varios de los atletas locales de mayor éxito.
A su vez, su hijo fue un corredor de gran éxito a nivel local y regional, siendo por varios años el máximo dominador de los eventos pedestres, en los que se impuso y se proclamó campeón en múltiples ocasiones.
En el mundo de los toros, aunque de ascendencia francesa por el padre, se puede hablar de los Lagravere, Michel, el padre, y Michelito y André “El Galo”, los hijos, todos matadores.
Michel es un conocido diestro francés, que tiene muchos años viviendo en estas tierras, aunque llegó ya como diestro a la Península, gran parte de su carrera la hizo en el Estado.
Por su parte, Michelito nació prácticamente con el capote en las manos, se doctoró como matador en la plaza de Toros Mérida en el 2012, cuando tenía 14 años, teniendo el récord de ser el más joven en conseguirlo.
Su hermano menor, “El Galo”, igual es matador; él consiguió la alternativa igual en la Plaza de Toros Mérida, pero en 2019.
Como promotores también ha habido dinastías de renombre, como es el caso de la familia Abraham, gente de boxeo que por años han estado al frente de los mejores peladores locales.
Don William Abraham Dager (qepd) fue apoderado de varios campeones del mundo de boxeo, como “Guty” Espadas padre; Freddy “Chato” Castillo, monarca minimosca del CMB en 1978 y mosca del CMB en 1982; Juan Herrera, mosca del AMB de 1981 a 1982; Guadalupe “Lupe” Madera, minimosca del AMB de 1983 a 1984; y “Guty” Espadas Jr.
Sus pasos lo siguen actualmente Mario Abraham Xacur, quien tiene en su cuadra a varios peleadores locales que son grandes prospectos, además de contar en sus filas con el cancunense Miguel “Alacrán” Berchet, quien es actual campeón superpluma del CMB.
En la lucha libre una familia de abuelo y nieto han sido promotores del mismo, sin duda hablar de Gonzalo “Fayo” Solís (qepd) es hablar de la historia de este deporte en el Estado, con la promoción de talentos locales y trayendo a los principales pancracistas del país.
Por su lado, Juan Diego Arjona, su nieto, ha tratado de seguir el camino de su abuelo, aunque con menor éxito, pero manteniendo lazos con las empresas nacionales más importantes.
Estos son algunos ejemplos de la importancia que tiene en las familias el deporte, así como el amor a alguna camiseta, o la adoración a algún equipo se “hereda” de padre a hijo, el amor al deporte también es “heredado”, y en muchos casos, igual el talento.