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Polvo de Estrellas

Gabriel Zapata Bello

En 1912 funcionaba en Mérida una empresa de cobranzas y de servicio de mensajería de nombre “Rapid Messenger Service”, ubicada en la calle 65 al Norte del edificio de Correos de Mérida y que prestaba un servicio activo de mensajeros en bicicleta para la conducción y entrega de cartas, paquetes, medicinas y compras, por los que cobraba 10 centavos si se trataba de un servicio en la ciudad y 12 centavos si la entrega era “en otros lugares lejanos” como Chuminópolis, Penitenciaría, San Cosme e Itzimná1.

Entre sus mensajeros se encontraba un joven de nombre Porfirio Cetina, a quien también llamaban “El Oso”, quien parecía disfrutar las entregas “lejanas” y aprovechaba las nuevas calles pavimentadas de la ciudad para extender gustoso las entregas de su trabajo.

En esos años sólo existía el ciclismo recreativo en los parques y escasas calles de Mérida y, si bien existía una ciclopista en los recreos de Itzimná, esta era para paseos infantiles así como el Velódromo de Chuminópolis, que se utilizaba para carreras de distancia corta y exhibiciones de velocípedos y triciclos; pero aún no se organizaban las competencias de largo alcance de ruta o de ciclismo competitivo.

Vino entonces la iniciativa del conocido sportman Juan Usó Muñoz, “El Chivo de Halachó”, entusiasta promotor de béisbol y de otras actividades, quien convocó a la primera competencia ciclista de Progreso a Mérida otorgando como premio una bicicleta donada por la casa W.J. James, valuada en $130 pesos. La fecha de la carrera fue el 29 de septiembre y se inscribieron nueve entusiastas jóvenes emeritenses y progreseños, quienes tomarían la línea de salida a las puertas del Casino Hidalgo calles 27 y 30 de Progreso y tendrían como línea de meta los Recreos de Itzimná, recorriendo el camino carretero de entonces, que estaba en pésimas condiciones.

A las 3 p.m. se dio el banderazo de salida y salieron veloces los competidores, entre ellos Arturo Basto, Ramón Fernández, José Gracida, Perfecto Domínguez, Antonio Capetillo, José Hijuelos, José Ramírez, Miguel Horta y Porfirio Cetina2. Tomaron la antigua vía y desde el kilómetro seis Ramón Fernández encabezó la carrera a gran velocidad, sin importarle lo pesada que era su bicicleta, como eran las de entonces, llegando a tomar una ventaja de 60 metros sobre los demás competidores y así se mantuvo hasta el último kilómetro.

Al llegar a la Plaza de los Recreos de Itzimná, el vigía que esperaba la llegada de los ciclistas abrió el portón del lado poniente, el cual se apuntalaba con una tranca o tubo de hierro de 3 pulgadas de grosor y, sin darse cuenta, la dejó atravesada en el camino. Fernández, que venía a la cabeza, no vio el obstáculo y cayó al pasar su bicicleta sobre el tubo, lo cual lo aprovechó Cetina, quien entraba a la plaza, para aumentar su velocidad y pasar a Fernández, que se recuperó pero no pudo alcanzar a Cetina, quien ganó la carrera y el título de campeón3. El tiempo de Cetina fue de 1 hora y 5 minutos, récord que duró 18 años.

De esta manera, gracias a su entrenamiento diario como mensajero en bicicleta y a una tranca atravesada en el camino, Porfirio “El Oso” Cetina se convirtió en el primer campeón ciclista del Estado.

1La Revista de Yucatán, 17 de julio de 1912, p.52La Revista de Yucatán, 22 de septiembre de 1912, p.123Diario de Yucatán, 28 de enero de 1930, p.8

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