LAUSANA, Suiza, 24 de marzo (AFP).- Las consecuencias financieras del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio a 2021, un año después de lo previsto, “no se han discutido y no son una prioridad, se trata de proteger vidas”, declaró el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach a varios medios, entre ellos la AFP.
Las nuevas fechas del evento, que se celebrará “como muy tarde en el verano (boreal) de 2021”, las decidirán “la Comisión de Coordinación y el Comité de Organización de los Juegos de Tokio”, añadió Bach en una conferencia de prensa telefónica.
Bach habló de varios puntos en la conferencia telefónica del COI) Thomas Bach, ofrecida este martes a las agencias de prensa, entre ellas la AFP, tras el anunció del aplazamiento de los Juegos de Tokio de 2020 a 2021.
Estos son algunos de ellos:
- Gravedad de la pandemia: “Todos somos conscientes de la gravedad y de la extensión de la pandemia y, lo más importante, de las consecuencias para la vida de la gente. Tuvimos cifras alarmantes el domingo y luego el lunes. Pero también cifras alarmantes en África y Oceanía. Hemos convenido (con el primer ministro japonés Shinzo Abe) que dadas las circunstancias los Juegos tenían que reprogramarse más allá de 2020, pero como muy tarde en el verano (boreal) de 2021”.
- Garantizar la salud: “La preocupación y el compromiso del COI es organizar los Juegos en un ambiente y de una manera que se garantice la salud de todas las personas implicadas”.
- Proteger vidas: “Las consideraciones económicas no pueden ser la prioridad. Las cuestiones económicas no han sido abordadas, se trata de proteger vidas”.
- Desafío sin precedentes: Comparar este aplazamiento de los Juegos con las anulaciones debido a las Guerras Mundiales “no es bueno si se considera el sufrimiento generado por la guerra durante tanto tiempo. Lo que podemos decir es que esta pandemia es una crisis sin precedentes para la humanidad. Y un desafío sin precedentes para los Juegos Olímpicos”.
- Celebración: “Los Juegos Olímpicos de Tokio deben ser una celebración de la humanidad que habrá triunfado ante esta crisis sin precedentes del coronavirus”.
- Nuevas fechas: “Dos horas después de mi conversación telefónica (con el primer ministro japonés), no puedo darles una respuesta definitiva (sobre las nuevas fechas). Es por lo que hemos decidido que necesitamos al menos cuatro semanas para hacer un balance de todas estas cuestiones. Las fechas serán tratadas por la comisión de coordinación de los Juegos de Tokio-2020, en colaboración con las federaciones internacionales”.
- La llama olímpica: Tras llegar el viernes a Japón desde Grecia, “la llama olímpica seguirá en Japón como símbolo de nuestra determinación y un símbolo de esperanza. Esta llama será como la luz al final del túnel”.
- Apoyo total de Abe: “El primer ministro Abe aseguró su apoyo total y el compromiso del gobierno japonés con este aplazamiento y en el éxito final de los Juegos. Le he dado el apoyo total del COI para lograrlo”.
Sentimientos encontrados en Tokio
Con lamentos pero resignados. Los japoneses reaccionaron con sentimientos encontrados al anuncio del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio, realizado este martes por el COI, debido a la pandemia de coronavirus.
La excitación había crecido en los últimos años según se acercaba el acontecimiento deportivo más importante del mundo, los primeros Juegos de verano en el país desde 1964.
Pero los japoneses comprenden la razón mayor de una decisión tan radical, con el Covid-19 acercándose a los 20,000 muertos en todo el mundo.
Cuando el anuncio del aplazamiento se publicó, martes por la noche en Japón, el cruce de Shibuya, en el centro de Tokio, célebre por ser el más transitado del mundo, estaba lleno de jóvenes que salían de fiesta.
Los ciudadanos de Tokio, una de las megápolis más pobladas del mundo, mostraron un entusiasmo sin precedentes por los Juegos, reflejado en la compra de entradas.
Pero los sondeos efectuados la semana pasada mostraron que cada vez más japoneses dudaban sobre la conveniencia de mantener los Juegos debido al coronavirus, que ha contaminado a más de 300,000 personas en todo el planeta, llevando a un tercio de la población mundial al confinamiento.