Solamente dos cosas no se pueden pasar por alto, a pesar de su obviedad; la primera es que México es irresistible, porque con tantos países para ser sede mundialista, la FIFA volvió a darle la batuta a nuestro país después de 16 años, no había forma de negarle un magno evento a una nación tan festiva y colorida; la segunda es que el primer gol que hizo Diego Armando Maradona ante Inglaterra en los cuartos de final, fue con la mano.
Una absoluta trampa que le jugó a favor de Argentina para conseguir el segundo campeonato. En la República Mexicana se dieron cita 24 invitados: Argelia, Argentina, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Canadá, Dinamarca, Escocia, España, Francia, Hungría, Inglaterra, Irak, Irlanda del Norte, Italia, Marruecos, México, Paraguay, Polonia, Portugal, República de Corea, República Federal de Alemania, Unión Soviética y Uruguay.
El formato de competencia había cambiado y resultó mucho más entretenido que el resto: cuatro Selecciones formaban cada uno de los 6 grupos (desde el A hasta el F). El sistema es el mismo que se realiza hoy en día, los dos mejores de cada sector avanzan a los cuartos de final. Al Tri le tocó el grupo B junto a Paraguay, Bélgica e Irak.
En su debut superó 2-1 a los belgas y después empató con los paraguayos para cerrar el grupo con un triunfo por la mínima ante los iraquís. México pasó a la siguiente ronda, donde enfrentó a Bulgaria en los octavos de final. Con Bora Milutinovic como técnico, el cuadro azteca estaba convencido de dejar una huella imborrable en casa.
Manuel Negrete y Raúl Servín fueron los únicos anotadores de ese partido, un par de tantos significativos para la historia de la Selección Mexicana en los Mundiales, pues por primera y única vez, los anfitriones avanzaron al quinto partido, es decir, a los cuartos de final, donde compitió con Alemania durante más de 120 minutos hasta que llegaron los penales, donde los nuestros cayeron 4-1.
Ese sabor amargo se convirtió en un parámetro para las ediciones siguientes, donde hasta el 2022 no se ha podido repetir algo parecido. Quien sí vivió la gloria fue la Albiceleste, que tras acabar primero del grupo A se topó con una frágil Uruguay, a quien venció por la mínima. Después se enfrentó a Inglaterra, en el duelo más polémico del Mundial y donde la dualidad formó parte del encuentro, porque Maradona anotó el gol más tramposo de la historia, pero fue opacado cuatro minutos después con la anotación del siglo.
El mejor jugador del mundo tomó el balón en medio campo y avanzó con rapidez y regates hasta llegar a la línea de fondo para superar 2-1 a los ingleses, que parecían soldaditos caídos al intentar robarle la pelota al Pelusa. Gary Lineker anotó por Los Tres Leones. Contra Bélgica en semifinales, Maradona volvió a marcar un doblete (2-0) para avanzar a la tan esperada final.
República Federal de Alemania se plantó en el estadio Azteca el 29 de junio, una fecha que no olvidarán por dejar escapar 56 minutos de una sagrada final, José Brown (23’) y Jorge Valdano (56’) pusieron contra las cuerdas a los teutones, pero lograron recuperarse en el 74’ y en el 81’ con marcaciones de Karl-Heinz Rummenigge y Rudi Voeller, respectivamente. Aunque Maradona no hizo gol en el último juego, logró conectar con Jorge Burruchaga (84’) para sentenciar el partido y completar su segundo título Mundial.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
AA