La Comisión Disciplinaria de la Liga MX ha anunciado las sanciones para dos jugadores involucrados en lesiones graves a sus oponentes. Luis Ruiz, jugador de Dorados, recibió una suspensión de cuatro partidos por la fractura de tibia y peroné causada a Christian "Hobbit" Bermúdez del Atlante. Por otro lado, Germán Berterame de Rayados fue sancionado con dos juegos de suspensión por fracturar el tobillo derecho de Avilés Hurtado de FC Juárez.
El incidente que involucra a Ruiz ocurrió el 13 de septiembre en el Estadio Ciudad de los Deportes. La sanción, anunciada una semana después del evento, ha generado controversia debido a su aparente levedad en comparación con la gravedad de la lesión sufrida por Bermúdez, quien estará fuera de las canchas hasta 2025. El "Hobbit" fue intervenido quirúrgicamente y dado de alta el martes pasado, iniciando ya su proceso de rehabilitación.
En el caso de Berterame, la sanción de dos partidos por la lesión causada a Hurtado también ha sido cuestionada. FC Juárez ha informado que Hurtado estará fuera de actividad hasta 2025, y el club está considerando solicitar la inhabilitación de Berterame hasta que Avilés pueda regresar al campo.
Estas decisiones de la Comisión Disciplinaria han generado un debate en la comunidad futbolística mexicana sobre la adecuación de las sanciones en relación con la gravedad de las lesiones causadas. Muchos argumentan que castigos más severos podrían servir como disuasivo para juego brusco y peligroso en el futuro.
La disparidad entre la duración de las sanciones y el tiempo de recuperación de los jugadores lesionados es particularmente notoria. Mientras Ruiz y Berterame estarán fuera por algunas semanas, Bermúdez y Hurtado enfrentan meses de rehabilitación y la posibilidad de que estas lesiones afecten significativamente sus carreras.
Estas sanciones plantean preguntas sobre los criterios utilizados por la Comisión Disciplinaria para determinar los castigos. También subrayan la necesidad de un debate más amplio sobre cómo equilibrar la competitividad del juego con la seguridad de los jugadores.
Para los clubes afectados, estas decisiones representan un desafío adicional. Atlante y FC Juárez no solo pierden a jugadores clave por un período prolongado, sino que también deben lidiar con la percepción de que la justicia deportiva no ha sido completamente servida.
Mientras tanto, la Liga MX y la Comisión Disciplinaria enfrentan el reto de mantener la integridad del juego y la confianza de los equipos y aficionados en su capacidad para manejar estos incidentes de manera justa y efectiva.
