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Escrito por Ana García
La Selección Mexicana de Futbol inició la tercera etapa de Javier Aguirre como director técnico con una contundente victoria de 3-0 sobre Nueva Zelanda en el Rose Bowl de Pasadena. Sin embargo, el triunfo dejó una mezcla de sensaciones positivas y preocupaciones de cara al futuro inmediato del equipo.
El partido comenzó de manera prometedora para México, con Orbelín Pineda abriendo el marcador a los cinco minutos con un disparo cruzado. Este gol tempranero pareció establecer el tono del encuentro, con el Tri dominando gran parte del juego. César Huerta, quien entró como sustituto, amplió la ventaja al minuto 53, seguido por Luis Romo, quien selló la victoria con el tercer gol.
Sin embargo, más allá del resultado favorable, el encuentro dejó varias preocupaciones para Aguirre y su cuerpo técnico. La más notoria es la sequía goleadora de Santiago Giménez con la selección, que se extiende desde la final de la Copa Oro en julio de 2023. A pesar de tener oportunidades, el delantero del Feyenoord no logró convertir, lo que plantea interrogantes sobre su rol en el equipo nacional.
La defensa mexicana también mostró signos de fragilidad, especialmente hacia el final del primer tiempo. La pareja central formada por César Montes y Johan Vásquez, junto con los laterales Jesús Gallardo e Israel Reyes, permitieron que Nueva Zelanda, un rival considerablemente más débil, creara oportunidades peligrosas. Esta situación no pasó desapercibida para Rafael Márquez, asistente de Aguirre, quien se mostró visiblemente frustrado con el desempeño defensivo.
#PorMéxicoTodo 🔥🇲🇽
— Selección Nacional (@miseleccionmx) September 8, 2024
A seguir con el trabajo, equipo. 💪🏼
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Las lesiones fueron otro factor preocupante. Julián Quiñones tuvo que abandonar el campo al minuto 52 por problemas musculares, poniendo en duda su participación en el próximo encuentro contra Canadá. Luis Chávez también salió lesionado hacia el final del partido, añadiendo otra preocupación para el cuerpo técnico de cara al desafío del martes en Dallas.
Quizás lo más llamativo fuera del terreno de juego fue la escasa asistencia al Rose Bowl. Con apenas poco más de 25,000 espectadores en un estadio con capacidad para casi 90,000, la falta de apoyo de la afición fue evidente. Esta baja asistencia podría interpretarse como un reflejo del desencanto de los seguidores tras recientes decepciones, como el desempeño en la Copa América.
A pesar de la victoria, Aguirre y su equipo tienen mucho trabajo por delante. El próximo encuentro contra Canadá en Dallas se perfila como un desafío mucho más significativo, donde se pondrá a prueba la verdadera capacidad de este renovado Tri. La evolución del equipo, la recuperación de los jugadores lesionados y la búsqueda de soluciones para los problemas defensivos serán cruciales en los próximos días.
AG
