Sergio Ramos protagonizó una emotiva presentación como nuevo jugador de Rayados de Monterrey, donde las lágrimas fluyeron al recordar su legendaria carrera mientras prometía nuevos títulos para el club regiomontano.
Acompañado por su esposa y cuatro hijos en primera fila, el campeón del mundo con España 2010 dejó claro que su llegada a México no es un retiro anticipado: "Soy una persona que nunca se cansa de ganar. No vengo a pasear copas, vengo a conquistar títulos nuevos".
El defensor español, que vestirá el dorsal 93 en honor a su histórico gol en la final de Champions 2014, destacó la ambición de Rayados como factor clave en su decisión. "Quieren ser el club más grande de toda América", señaló, mientras explicaba que consultó con Héctor Moreno y otros conocedores del futbol mexicano antes de tomar su decisión.
A sus casi 39 años, Ramos enfatizó que él decidirá cuándo retirarse: "Siempre he pensado que el futbol lo abandono yo, no quiero que el futbol me abandone a mí".