En la serie Narcos: México, el actor Diego Luna encarna al capo Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del otrora poderoso Cártel de Guadalajara, papel que le ha valido críticas de un sector político en su país que lo acusa de “hacer apología del narcotráfico”. Pero el actor mexicano responde con el argumento de que la cuarta temporada del programa transmitido por Netflix es una “buena oportunidad para detonar el interés de aquellos que todavía no son sensibles a un grave problema”.
De la mano del narcotráfico y de un polémico operativo antidrogas se ha desatado en México una ola de violencia que deja más de 200,000 muertes violentas en 12 años, según cifras oficiales que no detallan cuántas estarían ligadas al crimen organizado.
“Desde mi punto de vista es importante contar esta historia durante la década (1980) en la que se hizo el andamiaje de aquello que nos tiene viviendo en este infierno”, dijo Luna a la AFP durante la presentación de la serie que se estrenará el 16 de noviembre.
Tras la desaparición del cártel de Guadalajara, en los 1990 surgió el poderoso cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, ahora encarcelado en Estados Unidos y a la espera de que en noviembre inicie un juicio en su contra.
Su protagónico en la nueva entrega de Narcos, su debut en una serie, fue anunciado en marzo, cuando Luna protestaba contra la Ley de Seguridad Interior, que reglamenta la participación de las Fuerzas Armadas de México en tareas de seguridad pública.
Entre quienes acusaron en redes sociales al actor de la saga de Star Wars Rogue One de contradecir su discurso al estelarizar un programa “que hace apología del delito”, destaca el entonces senador conservador Javier Lozano.
“Respeto las opiniones de todos, menos las de aquellos que piden no contar estas historias y hablar de ‘cosas bonitas’ (...) Si sales a la calle, todo el mundo tiene cercanía con esta violencia que ha crecido de forma desbordada”, señaló Luna.
“Me interesa mucho que ese público que vea la serie en Alemania, Inglaterra y otros países fuera de Latinoamérica, la siguiente vez que se vaya a meter una línea de cocaína piense un poquito en qué hay detrás de ello”, dijo el también productor.
“El Jefe de Jefes”
Conocido como “El Jefe de Jefes”, Félix Gallardo, originario de Sinaloa, se convirtió en el zar de la cocaína en México en la década de 1980. Fue el pionero en traficarla a Estados Unidos: diseñó y controló las principales rutas de trasiego de droga en el país.
Durante ese tiempo, Félix Gallardo fue considerado el capo más poderoso de México cambiando la forma en la que operaba el tráfico de estupefacientes, ya que antes de irrumpir en la escena criminal solo se transportaba marihuana y amapola a Estados Unidos.
“Contrario a lo que pasa con otros personajes, de los que puedes enamorarte en todos sentidos, con este no podía pasar, y esa fue mi decisión en términos de asumir una postura”, explicó Luna, de 38 años.
“Pero el no empatar con este personaje no significaba que no pudiera mostrar todos sus matices en pantalla. La gente que lo conoció dice que fue un ‘gran empresario’ y, pienso, que quizá esos códigos lo llevaron a lograr lo que se propuso”, agregó.
Félix Gallardo fue detenido en abril de 1989 en Guadalajara (oeste), la segunda ciudad más importante del país. Siguió operando desde prisión hasta que fue internado en un penal de máxima seguridad.
Tras su caída, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo asumieron el liderazgo del Cártel de Guadalajara bajo la escuela de Pedro Avilés Pérez, pionero de la droga en México.
“Ya la vi completa (Narcos: México), y cuando acaba yo no quiero ser ninguno de ellos (capos). Yo en ese mundo no quiero vivir, no me interesa vivir”, aseguró Luna.
Creada por el estadounidense Eric Newman, Narcos: México consta de diez episodios de 60 minutos cada uno. En el programa, Diego Luna comparte créditos con el mexicano-estadounidense Michael Peña, y los mexicanos Tenoch Huerta, José María Yazpik, Tessa Ia y Joaquín Cosío. CIUDAD DE MÉXICO (AFP)