Algunos silbaron, otros pocos abuchearon, otros se marcharon, pero también hubo quien aplaudió Suspiria, el remake del italiano Luca Guadagnino que se presentó ayer en el Festival de Venecia y en el que el director superpone de forma desconcertante temas como el feminismo o la dominación del ser humano, a través de una estética apabullante y en ciertos momentos macabra.
“Suspiria es una película sobre lo terrible de las relaciones interpersonales, lo terrible de lo femenino y lo terrible de la historia”. Así definió el director en rueda de prensa su trabajo, un remake de la película de su compatriota Dario Argento que marcó inexorablemente el cine de terror en los años 70, la misma época en la que transcurre la obra de Guadagnino.
“El 77 fue una época muy importante de la revolución feminista, sobre todo en Europa. Hubo grandes movimientos en Francia y en Italia. Sobre todo en Italia no se trataba de lograr la igualdad como en Estados Unidos sino de destacar la diferencia. Y nos interesaba mucho eso dado el tema que trata la película”, añadió el cineasta, que el año pasado entusiasmó con su Call Me By Your Name.
“Es además la época de las grandes películas de Fassbinder y quisimos regresar ahí”, dijo el cinesta, quien se confesó no solo un gran admirador de Argento sino también del alemán Reiner Werner Fassbinder.
La cinta de terror psicológico está ambientada en una escuela de danza en Berlín dirigida por un grupo de siniestras mujeres, donde la venerada y manipuladora coreógrafa (Tilda Swinton) acoge a una nueva bailarina (Dakota Johnson) tras la desaparición de otra compañera (Chloë Grace Moretz).
La visión de la figura femenina de Fassbinder influencia al cien por cien a las protagonistas de esta cinta de terror psicológico, reconoció el realizador.
“Fassbinder fue un gran maestro de la crueldad y ha creado personajes femeninos increíbles, mujeres no reconciliadas, atormentadas, pero jamás derrotadas, jamás víctimas”, recalcó Guadagnino.
En una cinta que cuenta con un reparto casi exclusivo de mujeres, el cineasta fue consultado además qué piensa del movimiento #MeToo, centrado en la denuncia de los abusos a mujeres. “Evidentemente no hay vuelta atrás”, dijo.
Aunque la película se rodó antes de que el movimiento arrancase el año pasado, “me gusta pensar que nuestro trabajo viene de la idea de que no hay que aplastar al otro con el poder propio”, agregó el cineasta, que contó con el solista de Radio Head para la banda sonora, una labor que Thom Yorke realiza por primera vez.
Lo que no quedó claro en la presentación de la película es si Tilda Swinton, además de dar vida a la coprotagonista, también encarna a un anciano psicólogo bajo un logrado maquillaje. Aunque son varios los medios que apuntan esta posibilidad, la actriz británica, amiga y cómplice del realizador, lo negó de forma un tanto irónica.
Además al inicio del encuentro con la prensa Swinton leyó un mensaje de Lutz Ebersdorf, el que debería ser el nombre real de la persona que encarna al personaje.
En la web de actores imdb incluso aparece su biografía, firmada curiosamente por el propio anciano, nacido en 1936. En definitiva: la duda sobre quién es el curioso personaje sigue en el aire.
La obra de Guadagnino es una producción de Amazon, el gigante de la venta online, que también respaldó la otra película presentada a concurso Peterloo, de Mike Leigh, quien ya obtuvo el León de Oro por Vera Drake.
El drama sobre la revuelta ciudadana exigiendo más democracia a comienzos del siglo XIX en Reino Unido también ha dividido a la crítica. El cineasta de 75 años, tantos como ediciones tiene el certamen italiano, escogió estos eventos para reflexionar cómo es el mundo actual, según dijo en su comparecencia ante la prensa.
Democracia, la voz del pueblo, poder, pobreza son temas que emergen en esta obra y tienen un eco en la sociedad actual. Leigh recurre al nacimiento de la democracia para “reflexionar sobre nuestro mundo”.
“Nunca hice una película que diga lo que (el espectador) tiene que pensar, pero sí que plantee interrogantes. “Sin duda (es una película) sobre política y la maquinaria política”, añadió. VENECIA, Italia (DPA)