Las leyes en Estados Unidos sólo reconocen a los deudos legales, en este caso a Sarita y su mamá. Ellas deciden a quién prohíben o permiten el paso para ver al "Príncipe de la Canción"
El cuerpo de José José es velado desde este lunes en la funeraria “Caballero Rivero” en la ciudad de Miami, Florida.
https://youtu.be/5WVH2Zzwuow
Algunas voces han sugerido que no se encuentra ahí, lo cierto es que esta funeraria tiene varias sucursales en la misma ciudad y de manera confiable EL UNIVERSAL pudo comprobar a través de una persona cercana a los dolientes que el Príncipe de la Canción está siendo velado en la sucursal de Westchester. “El cuerpo nunca desapareció y nunca estuvo perdido” comentó la fuente que pidió el anonimato.
Anteriormente uno de los guardias que resguardan el ingreso a la capilla donde están parte de los familiares del artista, confirmó que ahí estaba el ataúd que guarda los restos de José José y que tenían prohibido permitir el paso a personas no autorizadas o a la prensa.
La especulación que corrió desde la llegada a Miami de José Joel y Marysol, hijos mayores del cantante, desde la madrugada del domingo, acerca de una eventual desaparición del cuerpo del artista o el pleno desconocimiento de todos sobre su paradero, se debe a que las leyes sobre una persona fallecida y sus deudos legales es muy estricta en la Unión Americana.
“La familia que estuvo cuando falleció el cantante: su última esposa y la hija con quien vivía -Sara Sosa-, son quienes tienen el poder legal por ley, pero otorgado además por el fallecido y son quienes deciden qué hacer y qué no hacer o qué decir y qué no decir”, comenta la fuente consultada. “Estados Unidos es muy diferente a México, aquí todo se maneja por escrito y son muy rigurosos; ningún hospital o funeraria te va a dar información de nada porque podrían ser sujetos a serias demandas que les costarían mucho dinero, es lo que se llama acuerdos de confidencialidad y están firmados”, añade.
Lo anterior explica por qué José Joel y Marysol no pudieron recibir información en el hospital, ni en el departamento de policía, ni en la funeraria. A nadie que no sean los deudos legales se les da información sin autorización escrita, incluida la prensa. (El Universal)