Ariel Avilés Marín
La creación musical y el alma del yucateco tienen una identidad que está asimilada de tal forma que puede decirse que ser yucateco y hacer música, son uno solo. Es por esa razón que la ya nutrida galería del Museo de la Canción Yucateca, felizmente enclavado en el antiguo barrio de La Mejorada, crece y crece con el tiempo, y su acervo se hace mucho más rico día con día. La noche del jueves 20, una numerosa concurrencia se dio cita ahí para rendir un merecido homenaje a un compositor, concertista, gestor cultural, hombre de negocios y noble mecenas, Roberto Abraham Mafud. Desde esa noche, y para siempre, su efigie, capturada en su esencia por Alonso Gutiérrez, pende de las vetustas paredes del noble recinto, junto a las de muchos otros creadores que hacen de Yucatán una tierra de música y poesía, ya que así es la canción yucateca.
El evento convocó a una numerosa concurrencia que llenó explanada y corredores del museo, y trajo también la presencia de verdaderas figuras de la canción yucateca. Entre los asistentes al evento pudimos contar, en primerísimo lugar, al más universal de los yucatecos, al enorme Armando Manzanero; estaban también, Imelda Miller, María Medina y Luis Pérez Sabido, este último presidente emérito de la Sociedad “Ricardo Palmerín”. También concurrieron autoridades, en representación del gobernador, la Lic. Erika Millet Corona, secretaria de la Cultura y las Artes; por el Ayuntamiento de Mérida concurrió el director de Cultura, Dr. Irving Berlín Villafaña; los acompañaron el presidente del Museo de la Canción, Juan Rafael Molina Manzanilla, la Sra. Elenita Fernández del Moral, directora del propio museo; el reconocido pintor Alonso Gutiérrez, autor del retrato del homenajeado; y, desde luego, el homenajeado, Roberto Abraham Mafud.
Fue la Lic. María Teresa Mézquita Méndez la encargada de conducir el programa y de ponernos en autos de todos los detalles necesarios en cada número del programa. También, Teté nos presentó una amplia semblanza de Roberto Abraham donde destacó los méritos de su vida como concertista, como compositor, como impulsor de la cultura, y su trayectoria académica y musical. Este cronista agradece profundamente a Teté Mézquita haber incluido en su alocución, una amplia cita textual de mi trabajo presentado con motivo de la recepción de la Medalla “Eligio Ancona”, por el propio Roberto, en el Salón de la Historia del Palacio de Gobierno. Por su parte, Juan Rafael Molina dio la bienvenida a la concurrencia, así como a Roberto, al que le dijo: “Hoy te unes a los personajes que engalanan este museo. ¡Bienvenido seas!” Elenita Fernández, con gran sensibilidad, destacó lo significativo de incorporar a Roberto entre los importantes compositores y poetas que pueblan este museo. “Es muy afortunado, dar hoy ingreso a un personaje tan querido”.
Roberto Abraham toma la palabra para externar con gran emoción su agradecimiento por esta distinción. “El arte es una travesía que nos acerca a la divinidad”, dijo emocionado. Agradeció a Eduardo Cervera, Pedro Carlos Herrera, David Silva y Russell Montañez, sus aportaciones a su obra, en materia de arreglos, producción y otras aportaciones tan necesarias para su interpretación, grabación y, finalmente, su ejecución en público. “Mi mensaje más profundo a todos ustedes es: ¡Déjense tocar por la música!”, concluyó. La Lic. Erika Millet exaltó a Roberto como músico y compositor. “Es maravillosa su vocación y su trabajo para hacer amar a la música”, terminó. Acto seguido, se procedió a la develación del óleo de Alonso Gutiérrez, y se deja caer tremenda ovación de pie por toda la concurrencia.
Un homenaje a un creador musical no puede transcurrir sin música, y la encargada de poner esta parte fue, la Orquesta de Cámara de la Ciudad de Mérida, bajo la dirección del temperamental artista Russell Montañez. Es un verdadero placer ver a Russell posesionarse de la obra interpretada, vibrar con ella y, con su batuta, transmitir ese sentimiento a todos los integrantes de su orquesta. Abren programa un par de obras de dos artistas reconocidos. Primero, se interpreta la hermosa jarana de 6/8 “Fiesta en Cisteil”, perteneciente a la Suite “Canek” de Pedro Carlos Herrera. Una hermosa danza a contratiempo, punteada, que nos describe el rico guachapeo de los jaraneros; tiene un hermoso solo de chelo y una alegre participación del tutti. En seguida, interpretan el tiempo, Finale Allegro, del Concierto Grosso No. 2, de David Silva Monje; una bellísima obra, totalmente ubicable en el alto barroco, y que bien podría estar orgullosamente firmada por Arcángelo Corelli o Benedetto Marcello.
El resto del programa fue llenado por obras del propio Roberto Abraham. La primera fue “Pucciana”, que está basada en el Preludio No. 3 para piano. Es una obra apasionada, como el propio Giacomo Puccini; destaca en ella un hermoso pasaje del chelo principal en pizzicato, y tiene un suave y plácido final. Sigue, Preludio No. 2, con arreglo de Pedro Carlos Herrera; la solista fue Andrea Herrera, a la flauta. Esta obra desparramó por toda la estancia el profundo amor filial de Roberto, pues está dedicada a Doña Florita Mafud. En el desarrollo de la obra se entabla un rico diálogo entre la flauta solista y el violín concertino de la orquesta; la flauta alcanza altos niveles de pasión en su interpretación, y el concertino nos regala con muy dulces notas, tiene un sereno final. Viene “Pieza Medieval”, la cual ya habíamos tenido la oportunidad de escuchar, y una vez más gozamos profundamente. Tiene un hermoso diálogo entre el violín segundo y la viola, tercia el chelo y entra el tutti con profundo sentimiento; dialogan las secciones de la orquesta y después de un delicado pasaje en pizzicato, llegamos a un suave final.
El Mtro. Russell Montañez toma la voz y nos dice: “Con la música se expresa lo que no puede decirse con la palabra; todos somos libres de ser y de sentir. Nos reúne un homenaje a un hijo de las artes. Su música lo dice todo”. En seguida externó el reconocimiento de todos los miembros de la orquesta a Roberto Abraham, por su apoyo para el desarrollo de sus integrantes. “Cuánto ha puesto Roberto para lograr los sueños de los estudiantes de música”. Viene entonces, “Meditación”, con arreglo de David Silva, obra dedicada a Patricia Jorge Jorge. Como solista tuvimos al talentoso Eduardo Manrique Zaldívar, que nos demostró que la juventud no está reñida con el virtuosismo. La obra exige del violinista la ejecución de notas ligadas con gran sutileza, otras delicadas y suaves, tiene pasajes de una delicada intimidad que Eduardo aborda eficazmente y con pasión, viene un diálogo entre solista y tutti y termina con delicadas notas del solista. Es ahora, “Pieza Vienesa”, a cuyo estreno tuvimos el privilegio de haber asistido. El peso principal de la obra recae en el chelo principal, tan bien ejecutado por Nadezda Golubeva; tiene un tema principal y variaciones, y se ejecutan ricos diálogos entre tutti y chelo y tiene un muy sentido final.
Sigue el programa con “Himno”, dedicado por el autor a San Miguel Arcángel. Para esta obra se incorpora como solista la excelente soprano Andrea Priscila Gutiérrez. Inicia suave y sentido, la voz marca la melodía sin cantar, se abordan pasajes de profundos sentimientos y nos lleva a un final muy emotivo. Cierra programa, una obra dedicada por el autor al Mtro. Luis Pérez Sabido. Se llama “Campanas al Amanecer” y está inspirada por el carillón de una iglesia austriaca; tiene arreglo de Pedro Carlos Herrera. La voz principal la lleva obviamente el carillón, que canta sonoro y alegre, el tutti le responde también con gran alegría, se abordan pasajes de gran pasión, hay otros de hermosos pizzicatos, y las campanas, con desatada alegría nos llevan al sonoro final. Emocionado, Roberto toma el micrófono, y pide el sonoro homenaje para la orquesta, que el respetable responde con profusión.
La noche cierra con un cordial brindis con vino y bocadillos.