En oriente u occidente los poderes afanosos de someter las historias regionales para disponer de las culturas de los pueblos dominados y también de las organizaciones de las naciones conquistadas, han procedido a instrumentar los saberes ancestrales y eliminar a los maestros tradicionales.
No han procedido así solo por creencias religiosas contra las prácticas mágicas ni por filosofías humanistas contra las posturas rebeldes. Comparten plenamente que los saberes ancestrales fungen como horizontes intelectuales ajenos a la verdad civilizatoria y que los maestros tradicionales son vigías culturales de las organizaciones creadas para preservar las identidades compartidas por las sociedades sometidas.
En la China imperial, en la España católica, en la Inglaterra victoriana, en el Israel sionista, etc., las fuerzas militares, policiales y religiosas, procuraron actuar desde sus políticas estatales contra: 1) los poderes originarios, 2) las organizaciones nativas, y 3) los registros autóctonos. Especialmente dirigieron sus acciones punitivas contra las estructuras que resguardaban los conocimientos distintivos y las prácticas que los transmitían a las nuevas generaciones.
Así se trababa de eliminar a los maestros tradicionales de los dominios conquistados, al mismo tiempo que se procuraba preservar aquellos saberes y las correspondientes organizaciones que eran útiles a los fines imperiales.
No había espacio autorizado dentro de los nuevos órdenes políticos y sociales para el conocimiento ancestral sobre las hazañas de los pueblos originarios y las naciones libres. Y menos se resguardaban en los registros oficiales los peores momentos de las guerras, el miedo, el hambre y el dolor padecidos por ellos.
La antropología cultural es la especialidad humanística que se ocupa de estudiar de modo estratégico el conocimiento ancestral y la organización tradicional bajo el dominio de los Estados nacionales y los poderes imperiales. Lo hace por medio de la cultura regional y local, es decir, las costumbres, los mitos, las creencias, las normas, los valores que guían y estandarizan el comportamiento humano como miembro de un grupo social.
Cualquier investigación sobre conocimiento ancestral y organización tradicional en condiciones de desventaja política y social sigue fundamentos conceptuales de tipo antropológico cultural para dar con las sintaxis sobrevivientes y las semánticas redivivas de ese conocimiento.
Las preguntas básicas que guían un trabajo de investigación sobre los temas señalados son: ¿por qué hablamos de conocimientos ancestrales y organizaciones tradicionales hoy día frente a los dominios estatales y los poderes imperiales?, ¿qué son los conocimientos ancestrales y las organizaciones tradicionales en términos sintácticos y semánticos?, y ¿cómo se comprenden y se transforman estos conocimientos y sus respectivas organizaciones en comunidades originarias?
Así las cosas, además de explorar la relación entre identidad cultural y conocimiento ancestral, el desafío profesional que se plantea radica en torno a la necesidad de contar con una agenda avanzada de investigación sobre esta relación, con el propósito de que brinde protección estatal de los derechos a la cultura y la educación de los pueblos originarios y las naciones diversas.