A estas alturas muchas personas ya se han realizado una prueba de COVID-19 y aunque se ve inofensiva, la verdad es que los que ya se la han hecho dicen que duele mucho, pero no pasa de la molestia.
Y aunque miles de personas ya lo han hecho y no había pasado nada, una desafortunada mujer tuvo la mala suerte de sufrir un derrame de líquido cerebral luego de realizarse la prueba.
Fue la revista Jama Otolaryngology – Head & Neck Surgery, la que dio a conocer la reacción que tuvo una señora de 40 años, en Estados Unidos, luego de realizarse una prueba de COVID-19, la cual se hizo días antes de someterse a una cirugía donde le removerían una hernia en la nariz.
La mujer desarrolló rinorrea mucopurulenta unilateral, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, vómitos e intolerancia a la luz. Luego de varios estudios, los médicos llegaron a la conclusión de que en el derrame del líquido cerebral también influyeron otras cuestiones como un defecto de la base del cráneo, así como un tratamiento en las fosas nasales al que se sometió hace unos años.
Debido a la alta peligrosidad que implica la llamada fístula de líquido céfalorraquídeo(LCR), la cual le pudo provocar una infección fatal o hasta un daño en el cerebro por la presión del aire en la cavidad craneal, la mujer fue operada y su padecimiento se solucionó, pero los expertos piden a las personas que con anterioridad se hayan realizado cirugías de los senos nasales o de la base del cráneo, que se realicen una prueba de COVID-19 oral, para evitar correr un riesgo similar.
Por Redacción Digital Por Esto!
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