Marta Núñez Sarmiento*
XLVII
El Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex) realizará entre febrero y junio la séptima edición de las “Jornadas de Maternidad y Paternidad Responsables”, para fomentar la corresponsabilidad de ambos progenitores en la niñez y la adolescencia de su descendencia, preparándola para que viva con plenos derechos en una sociedad que transita hacia el socialismo. Este año se dedican a “Educar con límites saludables”, para orientar a los padres y las madres cómo practicar la necesaria autoridad estableciendo los límites durante estos procesos respetando a todas las personas involucradas en ellos. El póster de las jornadas muestra en un primer plano a una madre leyendo un libro, mientras su hijo aparece en un segundo plano haciendo su tarea escolar.
Mariela Castro Espín, directora del Cenesex, comentó “que hay muchas confusiones y estereotipos de cómo ser mejores madres y padres en la tarea de educar a sus hijos con responsabilidad”. Explicó que “todas las sociedades explotadoras establecen el diseño de relaciones sociales y nosotros estamos ante el reto educativo ideológico complejo de formar esos aprendizajes históricos de siglos. Entonces muchas veces nos establecemos metas de avance en estas temáticas en cómo vamos a avanzar, en los derechos de las mujeres, pero cuando vamos sobre los derechos de las mujeres tenemos que hacerlo con un enfoque de género”.
Alegó que “el respeto incluye el aprendizaje de responsabilidad y es por eso que también estamos promoviendo que cuando las parejas ya quieren asumir estas responsabilidades tan importantes, hay que prepararse, porque si no se preparan y no analizamos un grupo de cuestiones que hemos aprendido, vamos a repetir lo mismo que nos enseñaron e íbamos a cometer los mismos errores que ya están identificados científicamente”.
Las jornadas tendrán lugar en comunidades seleccionadas para interactuar directamente con las familias. La psiquiatra Grisel Crespo comentó que formarán a los profesionales que laboran en las bases para que contribuyan a que quienes participen en las jornadas reflexionen críticamente sobre los estereotipos de género que están vigentes en Cuba y que dominan la crianza de los seres humanos desde que nacen. Solo practicando este ejercicio podrán educar a las madres, a los padres, a sus hijos e hijas para que actúen cotidianamente con independencia, responsabilidad e identificando cuáles son sus límites, esto es, “qué pueden hacer, qué es lo que pueden aportar”.
Hoy esclareceré los mensajes sexistas que trasmiten las letras de algunas de las canciones infantiles más comunes en los países hispanoparlantes y otras casi desconocidas que trasmiten ideas que enfrentan el sexismo para avanzar los derechos de las mujeres.
Comienzo con “Arroz con leche”, empleando los artículos “Arroz con leche feminista es furor en un colegio”, publicado en el sitio digital de Crónica el 6 de julio de 2018 y “La versión feminista de la canción infantil Arroz con leche” que apareció ese mismo día en la versión digital del diario El Espectador. Ambos son medios argentinos.
Cuentan que la nueva versión apareció por primera vez en una marcha “Ni Una Menos” en 2015, después que una maestra de un jardín infantil argentino les propuso a sus alumnos cambiarle la letra a esta popular canción, que en su versión tradicional dice así:
Arroz con leche
Me quiero casar
Con una señorita de la capital
Que sepa coser
Que sepa bordar
Que sepa abrir la puerta para ir a jugar.
La maestra les pidió en este ejercicio que cambiaran la idea de “me quiero casar con alguien que sepa coser y bordar”. Los niños la modificaron así:
Arroz con leche
Yo quiero encontrar
Una compañera que quiera soñar
Que crea en sí misma
Y salga a luchar
Por conquistar sus sueños de más libertad.
Valiente sí, sumisa no. Feliz, alegre y fuerte ¡te quiero yo!
Las maestras “subieron” a las redes sociales la imagen del cartel con esta nueva letra, tal y como la escribieron los niños, lo que provocó que en segundos se replicara por millones, lo que se repite hasta hoy.
En mi búsqueda por las redes sociales hallé el trabajo de Arantza de Castro “Así de oscuras y machistas eran las canciones de nuestra infancia”, publicado en el portal español Feminismo el 29 de noviembre de 2017. Escribe que “En una sociedad en que el machismo está arraigado e instaurado a cada paso, desde tu nacimiento, diste el estirón rodeada de él: en la televisión, en el colegio, la publicidad y, por supuesto, en los libros”. Añade que “[…] aunque no nos diéramos cuenta, estábamos poniendo voz a situaciones claramente machistas y de maltrato mientras dabas palmas como una posesa. Ha llegado el momento que eches la vista atrás y recuerdes con estupor algunos de los cánticos que te acompañaron en tu niñez, sin ser consciente realmente de lo que estaba saliendo de tu boca. Escandalízate, amiga”.
Seleccioné algunas de ellas que son conocidas en Cuba.
La autora califica de pedófilo y experto en cosificación al barquero de “Al pasar la barca…”, que reproduzco:
“Al pasar la barca / me dijo el barquero: / Las niñas bonitas / no pagan dinero. / Yo no soy bonita / ni lo quiero ser, / yo pago dinero / como otra mujer. / La volvió a pasar, / me volvió a decir: / Las niñas bonitas / no pagan aquí. / Al pasar la barca / me volvió a decir: / Esta morenita / me ha gustado a mí. / Al pasar la barca / me dijo el barquero / las niñas tan listas / no pagan dinero. / Yo sí soy tan lista / y lo quiero ser, / yo pago dinero / como otra mujer”.
Arantza describe las actitudes patriarcales del “barquero” afanado en cazar a una niña bonita, prometiéndole que por tener esa cualidad, no le cobrará. Por tanto, excluye a la que no cumple el patrón de belleza que él decidió. Simultáneamente, reconoce el valor de la niña o de la mujer que le riposta, porque prefiere ser lista a bonita, añadiendo “[…] que no hay nada de malo en querer ser ambas cosas, mientras no te cosifiquen por ello. Algo es algo. ¡Brava!”.
Le toca el turno a la canción que impone a las féminas las ingratas tareas domésticas.
“Lunes antes de almorzar / una niña fue a jugar. / Ella no pudo jugar / porque tenía que lavar. / Así lavaba, así, así, / así lavaba, así, así / así lavaba que yo la vi. / Martes antes de almorzar / una niña fue a jugar. / Ella no pudo jugar / porque tenía que planchar. / Así planchaba, así, así / Así planchaba, así, así / que yo la vi”.
Y enumera otras faenas, omitiendo que los varones de la familia deberían participar en ellas. Sus contenidos legitiman el prejuicio que hacen creer que las mujeres genéticamente estamos entrenadas para ejercer estas funciones, mientras que al hombre sus genes le preparan para ser los proveedores de sus hogares… y para ver la TV cuando retornan de sus empleos. Nunca se escucha que “[…] un niño no pudo salir a jugar porque tenía que lavar”.
Pero existen canciones infantiles que critican estos estereotipos sexistas. No son las más difundidas, pero existen. Las conocí por la mexicana Sandra de los Santos en “7 canciones infantiles que visibilizan la desigualdad de género”, trabajo que publicó en la edición digital de la revista Enheneduanna del 29 de abril de 2016.
Escogí “La patita” del recordado Francisco Gabilondo Soler y “Flor de Río”, interpretada por el grupo BaNdula. Reproduzco sus letras.
“La patita de canasto y con rebozo de bolitas / va al mercado a comprar todas las cosas del mandado. / Se va meneando al caminar, como los barcos en alta mar. / La patita va corriendo y buscando en su bolsita / centavitos para darles de comer a sus patitos. / Porque ella sabe que al retornar, toditos ellos preguntarán. / ¿Qué me trajiste, mamá, cua cua? / ¿Qué me trajiste, cuara cua cua? / La patita, como tú, de canasto y de rebozo, como tú, / se ha enojado por lo caro / que está todo en el mercado. / Como no tiene para comprar, se pasa el día en regatear. / Sus patitos van creciendo y no tienen zapatitos. / Y su esposo es un pato sinvergüenza y perezoso / que no da nada para comer y la patita, mas, ¿qué va a hacer? / Cuando le piden, contestará: ¡Coman mosquitos, cuara cua cua!”.
Gracias a De los Santos conocí el video que reproduce la melodía de esta tonada con una letra que sacude los patrones machistas en cualquier sociedad. La patita cumple su cotidiana faena de comprar los alimentos para sus crías. Su pobreza le obliga a desandar por los distintos puestos que venden alimentos, mientras piensa cómo adquirirlos con sus escasos recursos. Rechaza el alza de los precios de los productos cuando retorna a su casa con la canasta vacía. Mientras, el creador del Grillito Cri Cri describe al esposo como un haragán, que no provee ingresos a su familia porque aparece acostado en una hamaca disfrutando un trago. La patita se rebela cuando casi les grita a sus hijos que tendrán que alimentarse con mosquitos. Ese grito iba seguramente dirigido también al perezoso esposo, quien también esperaba los alimentos. Por tanto, ella rompió uno de los tradicionales estereotipos de género y se rebela. Así lo vi en el video, porque ella se marcha sola seguida de sus patitos.
Concluyo mi trabajo reproduciendo la letra de “Flor de Río”, en la que una niña narra cómo sueña convertirse en mujer, a pesar de los peligros que enfrenta por vivir en la fronteriza Ciudad Juárez. La interpreta el grupo musical “BaNdula”.
“Me llamo Flor de Río y quiero crecer / en un mundo donde sea un orgullo ser mujer. / Yo tengo 10 años y nací en Ciudad Juárez / donde vive mucha gente que nació en otros lugares. / Me encanta vivir en esta ciudad porque tiene gran historia y fuerte identidad. / Mi nombre es Flor de Río, / mis papás me lo pusieron por un antiguo cuento / que de niños leyeron sobre una pequeña muy sabia y valiente, / que logró salvar su aldea y a su gente. / En la tierra donde Flor de Río existió, Ciudad Juárez muchos años después se fundó. / Cuando sea más grande quiero ser doctora, abogada, arquitecta, astronauta o pintora, / quizá futbolista o tal vez escritora / y todo lo que imagine una niña soñadora, / pues, un mundo donde no haya fronteras, / ni países diferentes ni distintas banderas, /donde no existan la migra ni tampoco los mojados, / donde nadie necesite ser… indocumentado. / Imagino un planeta donde los seres humanos y los ríos del desierto volvamos a ser hermanos. / Sueño un mundo sin hambre ninguna porque todos nos sentimos hijos de la Madre Tierra. / En una cosecha de la cárcel yo me fui. / Me arrojé al océano para llegar al fin. / Sueño y creo lo que pienso y quiero crecer una niña chihuahuense, el país que imagino, el planeta que deseo”.
¡Cuánto aprendí haciendo una buena búsqueda en las redes sociales!