Marta Núñez Sarmiento*
XLIX
Todo parece indicar que este 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, se conmemora con una conciencia feminista que se opone férreamente al capitalismo neoliberal, por considerarlo el causante principal de la violencia machista, los abusos del Estado y de sus fuerzas de seguridad. Así lo auguraron las chilenas a fines de noviembre de 2019 cuando protestaron en las principales plazas del país contra las medidas neoliberales del gobierno de Sebastián Piñera. Lo hicieron coreando Un violador en tu camino, mientras que en su coreografía señalaban al gobierno como el que ultraja sus cuerpos y sus conciencias.
La canción la compuso el colectivo de Valparaíso “Las Tesis”, integrado por Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, pero pronto se conoció como El violador eres tú y se regó como pólvora entre las mujeres de todo el mundo.
En el Zócalo de la capital mexicana, miles de mujeres reprodujeron este performance el 29 de noviembre de 2019 para protestar contra la violencia de género. Entre los colectivos que las convocaron estuvieron Marea Verde México, la Sociedad de Feministas de las facultades de Arquitectura y de Economía de la UNAM, la Colectiva Aquelarre Violeta y el colectivo Amor No Es Violencia. En los videos de las redes sociales aparecen muchas féminas con sus niños pequeños. Una de ellas declaró: “Por ellas, por las que ya no están, hay que seguir luchando; porque ya vimos que no hace nada ni el Estado ni muchos de los hombres, que habría que ver los comentarios que hacen en las publicaciones, cómo se refieren a las mujeres que protestamos”.
Dedico este artículo a cuatro cantantes que han enfrentado al patriarcado en las letras de sus canciones. Son una pequeña muestra de otras miles que, desde la cima de las disqueras hasta en los barrios humildes, entonan tonadas que claman por el empoderamiento femenino.
Comienzo con Rescatarme, de la puertorriqueña Ileana Cabra Joglar. Inicia su tonada declamando versos de Sor Juana Inés de la Cruz: “Y al imán de tus gracias atractivas / sirve mi pecho de obediente acero. / ¿Para qué me enamoras, lisonjero, / si haz de burlarme luego, fugitivo?”.
Continúa Ileana con sus palabras:
Fue la cobardía de tu falso querer / que creó la herida porque puede doler. / Fue el abandono que tú hiciste de mí. / Mataste con tu odio mis deseos de vivir. / Ya sabía yo que algo podría suceder. / Tonta, idolatrando la miseria de tu ser. / Usaste el fuego, el amor que yo te di, / llenando de amargura mi sentir. / Les abriste mi alma / y la dejaste moribunda. / Pero ya ha pasado el tiempo, / he podido rescatarme. / Yo, que me contuve tantas veces de dejarte, / todo el sacrificio que me ha causado amarte, / pensando que algún día tú podrías mejorar. / Vienes tú a decirme que te quieres separar. / Hombres sin sentimientos, que pretenden humillar, / ni siquiera saben su mentira enfrentar. / Buscan mil motivos para hacerte dudar, / creyéndose imposibles de olvidar. / Les abriste mi alma y la dejaste moribunda. / Pero ya ha pasado el tiempo y he podido rescatarme.
Estos contenidos trasmiten un “procesamiento” del dolor que sienten las mujeres que han sufrido los abandonos masculinos, o, más bien, de un proceso en que ellas se crecen en su autoestima tras comprender las falsas actitudes de los hombres. La palabra clave es la que sirve de título a la balada, Rescatarme, porque la autora grita a los cuatro vientos los maltratos que los hombres imponen a las mujeres cuando las engañan, describe cómo ellas fingen creerles para mantenerles, hasta que rompen las ataduras que las subyugan y aprenden a sobrevivir con valentía.
La segunda balada la compuso Lila Downs, mexicana-estadounidense de origen indígena. Se llama Dignificada porque la dedicó en 2004 a la Lic. Digna Ochoa y Plácido, abogada y defensora de los derechos humanos, quien nació en Misantla, Veracruz, en 1964, y fue asesinada en Ciudad México en 2001. El video comienza con las palabras “Nosotros peleamos sin odio porque no somos como ellos” e inmediatamente aparece la imagen de la Lic. Ochoa diciendo, “Derecho humano es aquel que se interesa por el otro”. A continuación transcribo la letra:
Hay en la noche un grito y se escucha lejano. / Cuentan al sur, “Es la voz el silencio”. / En este armario hay un gato encerrado / porque una mujer, porque una mujer defendió su derecho. / De la montaña se escucha la voz de un rayo. / Es el relámpago claro de la verdad. / En esta vida santa en que nadie perdona nada, / pero si una mujer, pero si una mujer / pelea por su dignidad. / ¡Ay, morena, morenita mía, / no te olvidaré! / ¡Ayyyy! / Que me voy a un lugar porque yo soy mejor. / Que todo lo que nos pasa no me lo puedo creer. / Tanto tú y la mentira los cholos no ven. / Yo sólo veré y no quiero, no quiero este injusto querer / de tu carne a mi carne. / Ya me saco de ver. / Los prefiero y los quiero al que me da de comer. / … / Que la voluntad del cielo me mande al primero / que me quiera como soy. / A ese sí que lo quiero. / Vete y dale al patio, niña, hasta llegar a la montaña, / que te dé la ruta de Dios, que las ánimas te acompañen. / Que te digan el salto, niña, hasta llegar a la montaña, / que te de la ruta de Dios. / Que las ánimas te acompañen.
Los versos se repiten hasta que Lila grita: “¡Ay, morena, morenita mía, no te olvidaré!”.
Concluye la balada presentando a la mártir veracruzana explicando sosegadamente: “Mi nombre es Digna Ochoa y Plácido”.
No podía dejar de presentarles una ranchera en la que Paquita la del Barrio le larga a un hombre una muy resumida y bien pensada retahíla de adjetivos peyorativos, como respuesta a los de “ellos”, “los machos”, con los que han demeritado por más de cien años a las mujeres en este género musical. Se trata de Rata de dos patas, que, según me han dicho varios amigos mexicanos, es aún muy popular. Aquí va.
Rata inmunda, animal rastrero, / escoria de la vida, adefesio mal hecho. / Infrahumano, espectro del infierno, / maldita sabandija. / ¡Cuánto daño me has hecho! / Alimaña, culebra ponzoñosa, / desecho de la vida, / te odio y te desprecio. / Rata de dos patas, te estoy hablando a ti. / Porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito, / comparado contigo, te queda muy chiquito. / Maldita sanguijuela, maldita cucaracha, / que infectas donde picas, / que hieres y que matas. / ¡Me estás oyendo, inútil, hiena del infierno! / ¡Cuánto te odio y te desprecio! / Maldita sanguijuela, maldita cucaracha, / que infectas donde picas, / que hieres y que matas.
Termino este artículo con la rapera zapoteca Mare Advertencia Lírika y la letra de su ¡Qué mujer!
Adviertan con qué profundidad critica los patrones globalizados de la belleza femenina, convocando a las mujeres a ignorarlos, porque lo que importa es crecerse como seres humanos.
¡Qué belleza la que tú representas bajo ese traje! / ¡Qué belleza, mujer, pero que sea más tu coraje! / ¡No dejes que nadie te pise! / ¡Que no te manden! / ¡Que lo mejor de ti no lo oculte el maquillaje! / Ya deja de tragarte la basura sexista. / Ya deja las revistas porque tu vida controlan, / porque la gente dice que vives esclavizada de la moda. / … / Reacciona, deja de ser como la novia de él. / Mejor preocúpate por lo que tú puedes ser. / Supera las expectativas que te den. /… / Porque si este mundo es machista es porque nosotras también. / Es una realidad que tenemos que cambiar. / Decir, tener, salir, huir. / No dejes que otros quieran decidir en tu vida. / Hay que hacer las cosas por nosotras mismas. / Creer, vencer, tener poder. / Corrernos de los límites a los que nos piden ser. / No digo que el papel de mujer sea malo. / No es lo que me canse serlo, sino reivindicarlo. / Cásate, pero considera el divorcio. / Realízate, pero no sólo en el matrimonio. / Hasta que todas las mujeres con sus comentarios, / aunque sea entre nosotras, / pueden desarmarnos. / La lucha por nuestra igualdad empezó hace años. / ¿Por qué seguimos, entonces, con doctrinas de antaño? / No reproduzcas en casa la opresión que hay afuera. / … / Se trata de ser igual, pero en las diferencias. / … / Hazte la idea que no hay mujer perfecta, / no las hay, son ideas que nos venden. / … Creer, vencer, tener poder. / Mujer, no te limites en lo que te piden ser. / … / No dejes que tu vida otros quieran decidir. / ¡Liberación femenina! / ¡Quién te libera! / Si sigues esperando galán de telenovela. / Si sigues esperando arrastrando las culpas que ya no eran. / Para quitarte esos prejuicios, ¿qué es lo que esperas? / Te dijeron que si un hombre te dijo / que ya no vales, te lo creíste. / Te llamaron sexo débil, te lo compraste. / Una mujer alzó la voz por equidad, / y, tú, ¿qué hiciste? / … / ¡Mujer tonta! No por mujer sino por dejarte, / porque vales mucho más, te menospreciaste. / Porque con lágrimas volviste a usar ese chantaje. / Y al cabrón que te puso el cuerno, lo perdonaste. / ¿Por qué te conformas siguiendo todas esas normas? / ¡Cambia la vida ahora, / cambia de forma! / No seas sólo bonita, sé más cabrona. / No seas sólo mejor mujer, ser mejor persona. / Creer, vencer, tener poder. / ¡Mujer no te limites a lo que te piden ser! / … / Tenemos el poder de cambiar la forma / en que el mundo nos mira. / De parar la violencia en contra nuestra. / Pero hay que tener la decisión de querer cambiarlo. / ¡De eso se trata ahora!
Les ofrezco un dato que hallé en Google el 4 de marzo, 2020: para El violador eres tú había 34, 340,000 resultados, mientras que para Sebastián Piñera 2, 810, 000. De ellos, aparecen 99, 600 si acompañan su nombre con la canción mencionada.