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Entretenimiento / Virales

Cultura de resistencia a la cubana en tiempos del coronavirus (VI)

Marta Núñez Sarmiento*

Metodología de los “por qué”

LVII

Colaboración médica internacional acompañada de canciones de esperanza y solidaridad

“Nuestros galenos lo conseguirán, / salvar al mundo de esta enfermedad. / Con el amor y la bondad, / izar banderas, solidaridad. / El mundo entero no habrá de esperar. / Salvar la Tierra del inmenso mal. / Con la pasión y el corazón, / este es el logro de esta gran misión”.

Este estribillo de la canción Izar banderas, que compuso el cubano Emilio Vega, sintetiza líricamente los motivos que llevan en sus almas los profesionales cubanos de la salud cuando combaten la COVID-19 en Cuba y en decenas de naciones donde desde hace años prestan sus servicios a solicitud de sus gobiernos, mucho antes que surgiera la pandemia. Entre ellos están quienes integran la Brigada Internacionalista “Henry Reeve”, creada en 2005 para asistir a las poblaciones después de desastres naturales y/o epidemiológicos en los “lugares más oscuros del mundo”, como dijera Fidel. Para quienes desconozcan esta arista de la salud pública cubana, sepan que mi país ha llevado sus especialistas a los Estados que solicitan su cooperación desde 1963, cuando acudieron a la naciente República de Argelia para paliar los enormes problemas de salud que padecía la población, recién liberada de Francia.

En el artículo “Gestión gubernamental y ciencia cubana en el enfrentamiento a la COVID-19”, que el presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez y Jorge Núñez Jover, Presidente de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de La Habana publicaron recientemente,1 afirman que “Los más de 28,000 colaboradores de la salud que Cuba tiene hoy en 59 países2 ilustran muy bien la particular textura ética de nuestros profesionales, científicos, técnicos. Resalta en el hecho de que 34 brigadas médicas cubanas integradas por más de 2,500 cooperantes han ofrecido sus servicios de manera solidaria para mitigar el impacto de la pandemia en 26 naciones, a pedido de sus gobiernos”.

Cuando apareció súbitamente el coronavirus en el mundo, Cuba no vaciló en autorizar al crucero británico MS Braemar que atracara en el puerto del Mariel el 18 de marzo, para repatriar a los casi 700 turistas y tripulantes, varios de ellos enfermos de la COVID-19. Muchos puertos del Caribe y de EE. UU. habían rechazado sus solicitudes de auxilio. Mi país llevaba solo una semana desde que confirmó la enfermedad en tres turistas italianos, pero respondió solidariamente la petición del gobierno británico. Aplicó los protocolos que el Plan de Prevención y Control había preparado para enfrentar la pandemia. Los 43 cubanos que aseguraron esta operación en funciones de transportistas, aduaneros, prácticos del puerto, personal de salud y otros más, no se contagiaron y fueron dados de alta el 3 de abril, tras cumplir las dos semanas de aislamiento obligatorio.

La Cancillería británica envió al Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) cubano una nota agradeciendo la ayuda prestada a este crucero.

Como suele ocurrir, los medios que durante seis décadas han distorsionado la realidad cubana o la han omitido, difamaron la colaboración médica, esta vez en tiempos de coronavirus. Por su parte, las agencias de las Naciones Unidas como la Organización Mundial de Salud (OMS), la Organización Panamericana de Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) han reconocido la capacidad de las autoridades cubanas para ocuparse de la salud de sus ciudadanos, sin dar la espalda a las naciones que solicitan sus servicios médicos.

¿Por qué Cuba puede desplegar en estos tiempos de pandemia esta colaboración internacional en materia de salud con alta calidad? ¿Cuáles son las razones para que la desarrolle con firmes principios éticos? Y para introducir mi interés por el género, ¿por qué participan en estas lides una alta proporción de mujeres?

El proyecto socialista cubano ha priorizado durante 60 años un sistema de salud universal y gratuito, que cubre la totalidad de su población. El 27.5% del presupuesto nacional se dedica a la salud.3 El sistema de salud, al que todos tienen acceso, comienza en la base con los médicos de la familia, pasa por las policlínicas, los hospitales, hasta llegar a los institutos especializados. De los casi 480 mil trabajadores de la salud, el 71% son mujeres. Cuenta con un sistema de universidades de Ciencias Médicas y de institutos tecnológicos que le aseguran formar a sus especialistas. La mayoría de sus egresados son mujeres, debido, entre otros factores, a la feminización de la educación. Una de las características de la formación de estos especialistas consiste en que, desde el primer año de estudios hasta que los concluyen, los estudiantes se vinculan a la práctica en las instituciones del ramo. Al sistema de salud tributan los resultados de los centros de investigación que, en estos momentos, cumplen con las etapas de investigación, desarrollo, innovación y, en muchos casos, comercialización. Los autores del artículo agregan que “Un respaldo poderoso al sistema de salud cubano lo ofrece la industria médico-farmacéutica, robusta, capaz de investigar, producir y poner en manos de la población recursos imprescindibles para la salud humana”.4

Las personas que en otros países han tenido acceso a los servicios médicos cubanos se asombran que los especialistas (en su mayoría mujeres) les miren a los ojos, los sienten en una silla al lado de sus escritorios de manera que les puedan examinar a profundidad y tomarles los signos vitales, les preguntan por sus familias, les siguen cómo evolucionan en sus tratamientos. Los cubanos estamos tan acostumbrados a esto que no nos damos cuenta, e incluso, nos molestamos cuando tenemos que esperar horas hasta que podamos entrar a la consulta, porque los médicos se demoran con cada paciente.

El personal de la salud atiende tantos casos en mi país, que prácticamente tienen rayos X en sus manos y en sus ojos, de ahí su capacidad para diagnosticar con bastante precisión. Esta experiencia la llevan consigo en las misiones que cumplen en cualquier lugar del mundo que solicite sus servicios.

En estos más de tres meses de pandemia, los medios de comunicación nos han regalado canciones cubanas y latinoamericanas, cuyos contenidos están vinculados a la labor de todos aquellos que han colaborado a frenar la pandemia, desde los médicos, enfermeros, científicos, los trabajadores del comercio, las comunicaciones, la energía, los bancos, los barrenderos, los agricultores, hasta los policías y, por supuesto, a la mayoría de la población que ha debido permanecer aislada físicamente en sus hogares. Un análisis de contenido somero muestra que proliferan los llamados a ser solidarios, a mantener la esperanza y la fe frente al derrotismo, a cumplir con la disciplina sanitaria de estos meses para poder retornar a los abrazos, a contribuir entre todos a reconstruir nuestras vidas junto al mundo en que vivimos, luchando contra las desigualdades que sacó a la luz la pandemia y enmendando los errores que la provocaron.

Reproduciré fragmentos de aquellas que me han tocado el corazón.

Omara Portuondo entona “¿Quién dijo que todo está perdido? / Yo vengo a ofrecer mi corazón. / Tanta sangre que se llevó el río, / yo vengo a ofrecer mi corazón”, del argentino Fito Páez, en un video que presenta a los médicos cubanos en Lombardía, Italia, y a quienes participaron en trasladar a los pasajeros del MS Braemar hasta los aviones que los regresaron a Londres.

De la provincia de Ciego de Ávila llega la décima Un toque de esperanza, de Yunior Batle. Una de sus estrofas dice: “El planeta es tu país, / cada habitante es tu hermano. / El árbol perdura sano / si está fuerte la raíz. / Detrás de una nube gris / descansa la claridad. / Esta es la oportunidad / de aferrarse a las creencias, / olvidar las diferencias / y salvar la humanidad”.

Resistiré, el éxito del famoso Dúo Dinámico en 1988, renació ahora por su llamado a la esperanza frente a la pandemia. Al igual que en toda Hispanoamérica, en Cuba también se canta. Esta son dos estrofas que ensalzan la esperanza y el optimismo: “Cuando se me cierren las salidas / y la noche no me deje en paz. / Cuando sienta miedo del silencio. / Cuando cueste mantenerme en pie. / Cuando se rebelen los recuerdos / y me pongan contra la pared, / Resistiré, erguido frente a todo. / Me volveré de hierro para endurecer la piel. / Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte, / soy como el junco que se dobla, / pero siempre sigue en pie. / Resistiré, para seguir viviendo. / Soportaré los golpes y jamás me rendiré. / Y aunque los sueños se me rompan en pedazos, / resistiré, resistiré”.

Concluiré con el rap o hip-hop del yucateco Moy titulado Virus. Volveremos a brindar.

“¿Cuántas críticas hacen falta / para despertar un poco? / Encerrado dentro de casa, / siento que me vuelvo loco. / ¡Qué poco aguante / si me comparo con otros, / que llevan sustento a casa / con el tapaboca roto! / Yo no entiendo nada / y platico con mi almohada. / Que esto no es conspiración, / que es una mentira planeada. / Pero, ¡qué soy yo / al lado del universo! / Quizás nos mande ayuda, / pero transformada en esto. / ¡Qué tal que si el virus / en verdad somos nosotros! Creciendo cada día con el corazón bien roto. / Haciendo daño al lugar donde vivimos. / Talando el oxígeno que ahora requerimos. / ¡Qué coincidencia, ¿no?, / o qué imprudencia, / que nos devuelvan la pedrada / pero aún mayor! / Yo solo quiero que la situación mejore. / Que tú tomes conciencia / pa’que luego no empeore. / Y que si el mundo se está tomando un suspiro, / es válido y por eso me inspiro. / Yo solo pido que no te des por vencido. / A tu mentalidad ya, en verdad, dale un giro. / Lo que pido es que tomes conciencia, / juntos, los que estamos aquí / y los que estamos afuera. / ¡Lo vamos a lograr!”.

Notas

1 Miguel Díaz-Canel Bermúdez y J. Núñez Jover: “Gestión gubernamental y ciencia cubana en el enfrentamiento a la COVID-19”, Anales de la Academia de Ciencias de Cuba, vol. 10, no. 2 (2020). http://www.revistaccuba.cu/index.php/revacc/article/view/881/886?fbclid=IwAR22BooH1JHi7RaomecsDiqw8tcTWGvOuu_LUqkQhDcRddwT68nYdTG2oI4

2 Claudia González Corrales: “Los 28 mil colaboradores de salud en el exterior: sanos y capacitados ante la COVID-19”, Agencia Cubana de Noticias, 17 marzo de 2020, http://www.acn.cu/salud/62198-los-28-mil-colaboradores-de-salud-en-el-exterior-sanos-y-capacitados-ante-la-covid-19

3 Miguel Díaz-Canel Bermúdez y J. Núñez Jover: Ob. cit.

4 Ídem.

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