La actriz Natasha Dupeyrón, conocida mundialmente por su papel en la serie mexicana "La casa de las flores", como Ana Paula “La Chiquis” Corcuera, contó a través de su cuenta de Instagram que fue víctima de abuso y de qué forma pudo salir adelante para continuar su vida, pese al estigma que le dejó lo ocurrido.
El relato de la joven de 29 años, miembro de una de las familias más conocidas del mundo artístico del país, sorprendió a su millón y medio de seguidores de la red social al publicar una seguidilla de videos en sus historias relatando aquel triste episodio de violencia.
La decisión de sacar a la luz su experiencia fue tras ser invitada a sumar su voz al movimiento feminista, donde debía cantar una canción que la terminó movilizando tanto que la llevó a contar lo siguiente: “Yo casi nunca cuento cosas personales y menos cuando estoy un poco vulnerable, menos cuando estoy nerviosa. Me invitaron a participar en una canción junto a otras 18 mujeres de todo el mundo, es una canción de feminismo, libertad, empoderamiento y, obviamente, dije que sí porque soy feminista, porque creo en el movimiento, es necesario, voy a las marchas, amo este movimiento y obviamente dije que sí”.
Natasha continuó contando: “Una parte de mí no quería ir, me daba flojera; pero tenía este movimiento extraño, empecé a cantar la canción, las partes que me tocaban y justo llegué a una parte que no sabía que podía dolerme. El punto es que la frase era ´no nos vamos a callar´ y se repetía, mientras la cantaba me di cuenta de que por eso no quería ir a grabarla, tenía miedo de decir estas palabras en voz alta porque me resuenan y porque me sentí identificada con lo que estaba cantando”.
Además, agregó cómo se sintió y le dio ánimo a quienes estén pasando una situación similar. "Estoy aquí compartiendo esta parte de mí que no se quiere quedar callada, pero tampoco sabe cómo hablar porque no es fácil. Ser valiente requiere de muchas cosas. Si tú estás viendo y quieres hablar, pero tampoco sabes cómo es, todo a su debido tiempo, porque es importante escucharnos primero, perdonarnos, entender que no es nuestra culpa; tener todo en orden para poder decir 'esta soy yo y lo que viví y hoy me atrevo a decirlo en voz alta'. Porque no es fácil".
JG