La segunda temporada de MasterChef Celebrity llegó a su final con el título de Ricardo Peralta, quien venció en la final a Lorena Herrera, Arturo López Gavito y Alejandra Ávalos.
La emisión de TV Azteca vivió grandes emociones, donde se contó con el regreso de algunos de los exparticipantes, entre ellos Karla Gascón que le puso picante a la final con sus comentarios.
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Precisamente estos se alargaron en sus redes sociales, donde dejó claro que nadie de los disputaron la final merecían estar compitiendo por el millón de pesos que finalmente se llevó La Loba.
"Si tuviera que definir en una imagen mi paso por Masterchef sería ésta: Libertad. Desafortunadamente, el mundo de la televisión, está lleno de hipocresía, de personajes fingidos, de apariencias, de actores de la vida que manipulan hasta la más mínima expresión para aparentar una existencia perfecta, y así poder llegar al máximo número de espectadores, cada quien en su espectro; hasta los que parece que dan un paso más allá son una propia manipulación de sí mismos", expresó.
"En todo este trayecto mi misión ha sido desenmascarar toda esta ficción, dentro de la ficción, de los demás contrincantes. Quizá no haya sido la estrategia correcta para ganar la competencia porque nunca fui la dueña de la edición, pero sí ha sido un hermoso trabajo sociológico. Si hay algo que me caga del ser humano son las “poses”, me dio mucha lástima comprobar, al final, que todo fue una, un intento de manipulación del público, hasta de quien menos parecía", añadió.
"Me voy de Masterchef “harta”, harta del ser humano. “Yo iba a utilizar el dinero del premio para salvar al planeta, algo que los demás finalistas jamás iban a hacer”. Quizá esa sea la nueva estrategia a seguir, comprarse un cartel de Greta Thumber, ya que decir lo que realmente piensas está mal visto “quería que perdieran todos los demás y poner a renta fija el premio”, “no, no me alegro de que me echaran porque no creo que lo merezcas más que yo”, subrayó. Y cerró: "Y es que cuando juegas a un juego con reglas no hay otra forma de ganar que siguiendo esas mismas reglas; cuando juegas a un juego en el que no hay reglas, en el que dos más dos no suman cuatro, sino lo que al dueño del juego se le antoja en cada momento, es imposible jugar, “el juguete eres tú”.
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