El Tren Maya es uno de los proyectos emblemáticos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca impulsar el desarrollo económico, social y cultural de la región. Sin embargo, también ha enfrentado críticas y resistencias por parte de organizaciones civiles, ambientalistas e indígenas, que denuncian los posibles impactos negativos que tendrá sobre el medio ambiente, el patrimonio cultural y los derechos humanos de las comunidades afectadas.
Durante las obras de extracción de material pétreo para el Tren Maya, una máquina perforó accidentalmente una vena de agua que formó una hermosa piscina natural de color esmeralda en el poblado de Buenavista, en el municipio de Bacalar, Quintana Roo.
Sin embargo, los ingenieros de la obra explicaron que el pozo tenía que ser rellenado para poder continuar con los trabajos del Tren Maya, que busca conectar cinco estados del sureste mexicano con una red ferroviaria de más de mil 500 kilómetros.
La piscina natural hallada en Buenavista es un ejemplo de la riqueza natural que alberga el municipio de Bacalar, conocido como el Pueblo Mágico de los siete colores por su impresionante laguna que cambia de tonalidad según la luz del sol. Este destino turístico ofrece actividades como buceo, nado, esnórquel, kayak y paseos en lancha, así como la posibilidad de admirar la biodiversidad y los vestigios arqueológicos de la cultura maya
Sin embargo, los ingenieros de la obra explicaron que el pozo tenía que ser rellenado para poder continuar con los trabajos del Tren Maya, que busca conectar cinco estados del sureste mexicano con una red ferroviaria de más de mil 500 kilómetros.
Los pobladores solicitaron la intervención de autoridades ambientales para que les informaran si era viable mantener abierta la vena de agua, pero hasta el momento no han recibido respuesta.
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AT