En el marco del Día Internacional del Abrazo, establecido por el psicólogo Kevin Zaborney, la ciencia revela la importancia vital de esta simple muestra de afecto. Según estudios respaldados por el Sistema de Salud del Tecnológico de Monterrey, una persona necesita un mínimo de cuatro abrazos diarios para sobrevivir, ocho para mantener un buen estado emocional y hasta doce para alcanzar un desarrollo óptimo de bienestar.
Los beneficios de los abrazos van más allá del aspecto emocional. National Geographic señala que el contacto físico reduce la segregación de cortisol -la hormona del estrés- en el cerebro, mientras estimula la liberación de oxitocina y serotonina, conocidas como las hormonas de la felicidad.
La UNAM Global Revista destaca su importancia particular en la infancia, donde los abrazos no solo contribuyen al desarrollo emocional sino que también estimulan la hormona del crecimiento. Además, estos gestos de afecto ayudan a estabilizar la frecuencia cardíaca, disminuyen la presión arterial y fortalecen el sistema inmunológico.
AG