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CIUDAD DEL VATICANO, 27 de octubre (EFE/ACI).- El Papa Francisco aseguró hoy que “es un momento difícil para la Iglesia”, que se ve atacada por el “gran acusador”, en referencia al demonio, al concluir el Sínodo de los obispos sobre los jóvenes celebrado todo este mes en el Vaticano.

“A causa de nuestros pecados, siempre el gran acusador aprovecha”, dijo Francisco, quien agregó que “en este momento nos está acusando fuertemente”.

Al respecto afirmó que, además de la persecución de los cristianos en Oriente, también “hay otro tipo de persecución, acusaciones continuas, para ensuciar a la madre Iglesia”.

“Es un momento difícil porque a través de nosotros, el gran acusador quiere atacar a la madre y a la madre no se la toca”, añadió.

Francisco dio las gracias en su discurso a los jóvenes que han participado en él y que han llevado “el jaleo” a esta asamblea en la que se ha debatido sobre cómo la Iglesia debe acercarse a la juventud.

Resaltó que el Sínodo “no es un Parlamento, sino que es un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda actuar”, y que el documento que surgido de estos días tiene que “hacer algo” en los obispos que han participado.

“Nosotros lo estudiamos, lo aprobamos, ahora el espíritu nos da a nosotros el documento para que trabaje en nuestro corazón. Somos nosotros los destinatarios del documento. Que este documento trabaje”, puntualizó.

Piden presencia de mujeres

El documento incluye una petición para una presencia de las mujeres en todos los niveles y en la toma de decisiones de la Iglesia católica.

El documento de 60 páginas contiene 167 puntos, que fueron aprobados hoy uno a uno por los 149 llamados padres sinodales y todos ellos con la mayoría de dos tercios que se requería según las reglas del Sínodo.

Uno de estos puntos recoge el debate que surgió desde que comenzó la asamblea, donde el número de mujeres representaba solo el 10 por ciento de los participantes y ninguna de ellas tenía derecho al voto.

“Emerge entre los jóvenes la petición de que haya un mayor reconocimiento y valoración de las mujeres en la sociedad y en la Iglesia”, se lee en el punto 55 del documento.

“La ausencia de la voz y de la mirada femenina empobrece el debate y el camino de la Iglesia, sustrayendo al discernimiento una valiosa contribución”, se reconoce.

Ante ello, el Sínodo recomienda “que todos sean conscientes de la urgencia de un ineludible cambio, a partir de una reflexión antropológica y teológica sobre la reciprocidad entre hombres y mujeres”.

Pero además se pide “presencia femenina en los órganos eclesiales a todos los niveles, también en funciones de responsabilidad, y de la participación femenina en los procesos de toma de decisión eclesiales”.

“Se trata de un deber de justicia, que encuentra inspiración tanto en el modo en el que Jesús se relacionó con los hombres y mujeres de su tiempo, así como la importancia de algunas figuras femeninas en la Biblia y en la Iglesia”, añaden.

Favorecer acogida a homosexuales y valorar castidad

El documento final también incluye una petición de favorecer la acogida y no discriminar a las personas homosexuales y valorar la castidad.

Incluye una parte dedicada a la sexualidad de los jóvenes que fue la más controvertida al recibir el mayor número de votos contrarios, 184 a favor y 65 en contra para recibir el plácet.

En el punto 150 se explica que en el Sínodo “se reafirma que Dios ama a todas las personas y así lo hace la Iglesia, reiterando su compromiso contra cualquier discriminación y violencia sobre la base sexual”.

Aunque en el documento se especifica que la Iglesia “reafirma la antropológica diferencia y reciprocidad entre hombre y mujer” también “retiene que es algo restrictivo definir la identidad de las personas a partir únicamente de su orientación sexual”.

Explican que en muchas comunidades ya existen “caminos para acompañar en la fe a personas homosexuales” y que el Sínodo “recomienda favorecer estos caminos”.

En el capítulo de la sexualidad, en el que los jóvenes habían pedido que los obispos se expresaran sin tabúes, no se hace referencia a las relaciones sexuales prematrimoniales o a los métodos contraceptivos.

Medidas de prevención y formación ante abusos

El Sínodo considera necesaria la adopción de medidas rigurosas para la prevención y la formación de sacerdotes ante los casos de abusos sexuales.

En el documento final del evento se indica que los abusos “provocan en las víctimas, entre ellos muchos jóvenes, sufrimientos que puedan durar toda la vida y a los que ningún arrepentimiento puede poner remedio”.

También se pide afrontar “la falta de responsabilidad y transparencia con la que han sido gestionados muchos casos” y se critica el clericalismo que provoca que uno se crea que “pertenece a un grupo que posee todas las respuestas y no necesita escuchar o aprender nada o finge escuchar”.

Esta asamblea de obispos, los únicos que pudieron votar el documento, “reconoce que afrontar los abusos en todos sus aspectos, también con la valiosa ayuda de los jóvenes, puede ser una oportunidad para una reforma de alcance histórico”.

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