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Internacional

Por el perdón y contra la traición

CIUDAD DEL VATICANO, 4 de octubre (EFE/AFP).- Algunos de los obispos que intervinieron en las primeras sesiones del Sínodo pidieron perdón por el tema de los abusos sexuales y por su “traición” a los jóvenes, entre ellos los inmigrantes, explicó hoy el prefecto de la Secretaría de la Comunicación del Vaticano, Paolo Ruffini.

El tema de los abusos, la traición a la juventud y la no acogida de los inmigrantes, que en su mayoría son chicos y chicas, fueron mencionados por algunos de los 25 obispos que tomaron la palabra en el Sínodo sobre los jóvenes, que comenzó ayer y finalizará con la presentación de un documento el próximo 27 de diciembre.

Ruffini resumió en una rueda de prensa a grandes rasgos y sin citar quienes fueron los obispos los varios temas que se tocaron, y aseguró que cuando se habló de la “no acogida a los inmigrantes” hubo un momento de conmoción en la sala del Sínodo.

De los discursos, añadió este laico responsable del departamento de Comunicación del Vaticano, también surgió “la necesidad para la Iglesia de volver a ser creíble”.

Uno de los padres sinodales, como se llaman a los 267 obispos con derecho al voto, también dijo que “la Iglesia ha perdido su facultad de ser joven” y recordó que “Jesús era joven”.

La profesora italiana de Sociología Chiara Giacardi, que participa en el Sínodo como experta, explicó que 5 o 6 obispos fueron los que “hablaron de manera muy fuerte” sobre la necesidad de pedir perdón.

En la rueda de prensa que cada día organizará el Vaticano para hablar de cómo avanza el Sínodo, también intervino hoy el obispo argentino de Quilmes, Carlos José Tissera, quien explicó que en su intervención abogó por “escuchar el clamor de la juventud”.

Para Tissera es necesario que la Iglesia “provoque este encuentro con los jóvenes y el Evangelio y que se haga intermediaria para que los jóvenes sean felices”.

“Los jóvenes son una bendición, no una amenaza. La Iglesia necesita escucharlos y ayudarlos a encontrar el Evangelio. Hemos de escuchar también sus silencios porque a veces son dolorosos, pues no saben qué hacer con su vida y su destino es o la cárcel o la droga, como pasa en mi país o en muchos otros países del mundo”, explicó.

Tissera también reveló que muchos obispos pidieron perdón en nombre de la Iglesia “por los errores” cometidos y exhortó a que el Sínodo encuentre “consejos prácticos” y “directrices” para la juventud.

Se explicó que el Papa Francisco ha introducido como novedad en esta asamblea de obispos que se guarde un momento de silencio de unos 3 minutos cada 5 intervenciones para “asimilar” todo lo que se ha dicho.

En estos primeros días, se escucharán todas las intervenciones de los padres sinodales, expertos y los 34 jóvenes invitados.

A partir del 15 de septiembre se reunirán los participantes en grupos para ir elaborando un resumen de los testimonios con el que se redactará el documento final que tendrá que ser aprobado por la mayoría de dos tercios.

Encaran espinoso tema de la sexualidad

El tema de la sexualidad fue abordado este jueves en el Vaticano por algunos de los obispos reunidos para el sínodo.

“¡No le tengamos miedo a la sexualidad!”, clamó el obispo francés Emanuel Gobillard durante su intervención centrada en la necesidad de escuchar a los jóvenes.

“Es importante para nosotros que se pueda hablar libremente sobre la sexualidad y que nuestros jóvenes y seminaristas sean educados para poder a su vez educar”, reconoció el religioso.

El obispo francés abogó también por tener un tono “constructivo” sobre la sexualidad y el celibato, sobre en todo en los centros de formación.

“A menudo descubren la propia sexualidad con la pornografía o en el silencio de generaciones”, lamentó el obispo que desea un cambio de mentalidad dentro de la Iglesia.

Durante las reuniones preparatorios al sínodo, el papa había pedido a los jóvenes a través de cuestionarios y reuniones que hablaran con franqueza del tema.

Muchos de ellos respondieron evidenciando que existen temas controvertidos, como la contracepción, el aborto, la homosexualidad y la convivencia antes del matrimonio.

Con uno de ellos fue muy directo: “La sexualidad, el sexo, es un regalo de Dios. No hay tabúes y tiene dos propósitos: amarse y generar vida. El verdadero amor es apasionado”, dijo el Papa. Aunque advirtió que la debilidad “cosifica la sexualidad, la separa del amor y la utiliza para la diversión”.

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