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Internacional

Nueva estrategia

Alfredo García

A un mes de las elecciones legislativas de medio término en Estados Unidos, el presidente Donald Trump envió un mensaje de miedo a los electores norteamericanos a través de un documento titulado “Estrategia Nacional para el Contraterrorismo”, donde acusa al gobierno iraní de ser el mayor patrocinador del terrorismo en el mundo que puede llegar a orquestar atentados en EE.UU.

En efecto, el pasado jueves John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, presentó el documento siguiendo la agresiva escalada contra el gobierno iraní. “Continuamos enfrentando amenazas desde Irán, el Estado más prominente patrocinador del terrorismo a través de su red global de operativos y su continuado apoyo a una serie de grupos terroristas”. Seguidamente se acusa al Movimiento de Resistencia Islámica (Hezbolá) de El Líbano, de “usar el terrorismo y otros medios asimétricos en colaboración con Irán para expandir su influencia en Irak, El Líbano, Siria, Yemen y los territorios ocupados de Palestina, así como desestabilizar a sus países rivales”.

A continuación el documento siembra el terror en el pueblo norteamericano: “Con operativos desplegados alrededor del mundo, la Guardia Revolucionaria iraní tiene la capacidad de apuntar a intereses de EE.UU. y posiblemente la patria”; tras señalar que la nación norteamericana sigue sufriendo “amenazas del país árabe a través de su red global de operativos y su apoyo continuo a una variedad de grupos terroristas”.

En su presentación, Bolton, el funcionario más ultraderechista del Gabinete, calificó a Irán como “banquero central del terrorismo internacional desde 1979”, año en que la revolución islámica derrocó a Mohammad Reza Pahlavi, el monarca que gobernó Irán con mano de hierro y respaldo de EE.UU. durante casi 3 décadas, acción independentista del pueblo iraní que marcó el inicio de la intolerancia y hostilidad de EE.UU. contra el país islámico. “Irán se mantiene como el patrocinador de terrorismo más prominente del mundo, apoyando a grupos de milicianos y terroristas en Oriente Próximo y cultivando una red de operativos que suponen una amenaza en EE.UU. y globalmente”, insiste el documento.

El matiz racista y la satanización migratoria vinculada a la lucha contra el terrorismo en EE.UU., están presentes en la nueva estrategia de “protección de la patria construyendo fronteras fuertes”. Los esfuerzos bélicos en el extranjero, se limitarán a “aquellos que apuntalen directamente nuestra seguridad nacional” afirma el documento. “Esta estrategia reconoce, sin embargo, que América primero no significa América sola. Vamos a ampliar nuestro abanico de socios para combatir el terrorismo islamista radical, el terrorismo patrocinado por Irán y otras formas de extremismo violento”, reza el escrito dando valor positivo a la violencia. La novedosa estrategia, sugiere que sean los gobiernos extranjeros los que asuman el liderazgo en la lucha contra el terrorismo, para que EE.UU. tenga un papel en la sombra en vez de combatir sobre el terreno.

Por primera vez el extremismo republicano define el carácter ideológico del “enemigo”: “Quizás el cambio más importante es que reconocemos que hay una ideología terrorista, afirmó Bolton. “Sin reconocer que estamos en una lucha ideológica, no podemos afrontar adecuadamente la amenaza terrorista”, agregó el consejero de Seguridad Nacional. El documento llama a “socavar el atractivo de esa ideología por considerar que sin ella, el terrorismo islamista radical no tiene ninguna base. “Expondremos la naturaleza destructiva y totalitaria de esta ideología, que alimenta los movimientos islamistas radicales violentos, como el Estado Islámico y Al Qaeda”, señaló Bolton.

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