Alfredo García
El presidente Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu marchan de la mano intentando hacer irreversible la anexión israelí de los territorios palestinos. Para Trump y Netanyahu los asentamientos de colonos israelíes “no suponen un obstáculo para la paz”. Sin embargo, es por esa razón que las negociaciones de paz se encuentran suspendidas desde hace 4 años.
Todo indica que el gobierno israelí ha decidido conmemorar el 25 aniversario de los Acuerdos de Oslo el próximo 13 de septiembre, con una expansión de la colonización judía en los territorios palestinos de Cisjordania, la Franja de Gaza, y Jerusalén Este, regiones ocupadas militarmente por Israel desde 1967.
Los Acuerdos de Oslo fueron el resultado del primer encuentro bilateral entre el gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, en ceremonia oficial en la Casa Blanca en 1993. Los acuerdos fueron firmados por Mahmoud Abbas, a nombre de la OLP; Shimon Peres, ministro de Relaciones Exteriores de Israel; Warren Christopher, secretario de Estado de EU; y Andrei Kozyrev, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, y contó con la presencia del máximo líder de la OLP, Yasser Arafat; el primer ministro de Israel, Yitzhak Rabin, y el presidente de EE. UU., Bill Clinton.
Los Acuerdos contemplaron la creación de un autogobierno interino palestino, la Autoridad Nacional Palestina, ANP, y la transferencia de los poderes en Cisjordania y la Franja de Gaza en materia educativa, cultural, salud, bienestar social, tributación directa, turismo y creación de una policía palestina; mientras Israel se mantendría como único responsable de los asuntos exteriores, la defensa nacional, las fronteras internacionales y puntos de cruce con Egipto y Jordania.
El histórico documento establecía 5 años para negociar un acuerdo político permanente del conflicto israelí-palestino. Un cuarto de siglo después, pareciera que esos acuerdos nunca tuvieron lugar. El Comité Superior de Planeamiento de la Administración Civil del Ejército, entidad que administra la ocupación militar, aprobó el pasado miércoles proyectos para levantar 1,004 viviendas en Cisjordania. En la parte oriental de Jerusalén, suman ya más de 2,300 viviendas. En lo que va de año se han autorizado más de 6,300 casas.
A lo largo de 2017 se aprobaron cerca de 10,000 viviendas, cuatro veces la cifra durante los dos últimos años del presidente, Barack Obama, quien se enfrentó a Netanyahu para frenar la colonización del territorio palestino, recibiendo varios desaires del primer ministro israelí. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el gobierno de Netanyahu ha promovido planes para edificar más de 10,500 casas y ha adjudicado la construcción de cerca de 5,700 en territorio cisjordano.
La decisión colonialista de Netanyahu polariza aceleradamente la opinión pública israelí. La presidenta del partido pacifista Meretz, Tamar Zandberg, declaró que la decisión de ampliar las colonias equivale a “meter un dedo en el ojo a cualquier posible proceso de paz”. Por su , el Consejo Yesha, organización que agrupa los asentamientos judíos en Cisjordania, expresó su disgusto por “el limitado número de unidades de viviendas aprobado”.
El Gobierno palestino ha suspendido los contactos con la Administración Trump, desde el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí. El sector oriental de la Ciudad Santa, donde residen más de 200 mil colonos judíos, está prevista por los palestinos como la capital de su futuro Estado.