LA HABANA, Cuba, 16 de septiembre (EFE/AP/REUTERS).- El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó hoy a Estados Unidos de querer imponer el neoliberalismo en América Latina y de prevenir que el ejemplo de Cuba “se repita” en la región.
“Han tratado de fracturar la unidad en los mecanismos de integración” de la región como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), afirmó Díaz-Canel, en referencia a Washington, durante su primera entrevista tras casi cinco meses en el poder, concedida a la cadena venezolana Telesur.
“Los americanos no quieren que Cuba se repita en ningún lugar de América Latina”, aseguró el mandatario, quien específicamente acusó al Gobierno de Donald Trump de “presionar a los pueblos” de la región mediante estrategias políticas y económicas para adoptar “una posición contraria a Venezuela”.
Compromiso con México
Díaz-Canel también valoró el triunfo electoral logrado hace dos meses por el político izquierdista mexicano Andrés Manuel López Obrador, a quien definió como “una esperanza para México y también para América Latina y el Caribe”.
El presidente cubano opinó que la inminente llegada al poder del aún presidente electo mexicano, prevista para el 1 de diciembre, contribuirá a equilibrar la “correlación de fuerzas” en la región en el ámbito político.
También dijo de López Obrador que “tiene un compromiso tremendo con la renovación de México” y se esforzará para promover el desarrollo en materia económica y social.
Paz en Colombia
Díaz-Canel aludió al papel de Cuba como anfitriona del proceso de paz de Colombia, al haber sido sede de las conversaciones entre el Gobierno de ese país y la guerrilla de las FARC, culminadas en 2016, y acoger ahora los diálogos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), actualmente en suspenso.
“Tenemos que apoyar la lucha por la paz en Colombia”, expresó el presidente cubano, tras subrayar su deseo de que “las partes puedan conversar y resolver” sus diferencias.
“Actitud aberrante”
Díaz-Canel descartó hoy que pueda haber diálogo entre su país y Estados Unidos mientras se mantenga la “aberrante actitud” de la administración de Donald Trump hacia la isla.
Díaz-Canel consideró que habría que preguntarle a su homólogo estadounidense “si quiere dialogar con Cuba, y si quiere hacerlo no puede ser desde una posición prepotente”, a la vez que insistió en que el problema no es con el pueblo estadounidense, sino con las maneras en que los gobiernos de ese país “han actuado contra la revolución”.
Los dos países restablecieron relaciones diplomáticas durante el último mandato de Barack Obama tras más de medio siglo de enemistad, un histórico “deshielo” abruptamente paralizado tras la llegada a la Casa Blanca de Trump, contrario al proceso impulsado por su antecesor.
Reconoció que hoy, aunque se mantienen algunas vías abiertas de diálogo, “las relaciones están en retroceso”, mientras que con Obama en la presidencia los dos países pudieron “conversar y colaborar, mantener una relación civilizada pese a las diferencias ideológicas”.
“El diálogo se construye entre dos, no se puede aspirar a un dialogo entre desiguales, en tanto haya prepotencia, hegemonismo, presión, y una parte condicione a la otra a que tiene que renunciar a su soberanía e independencia”, insistió.
El mandatario calificó de “totalmente inaceptables” las medidas de la nueva administración que restringen de nuevo los viajes de estadounidenses a la isla y prohíben las transacciones y negocios con una larga lista de empresas vinculadas al poderoso estamento militar cubano.
Falacia total
También negó que su país tenga algo que ver con los misteriosos incidentes de salud sufridos por veintiséis diplomáticos estadounidenses en La Habana, un caso que ha tensado aún más las relaciones bilaterales y para el que los investigadores de ambos países no han encontrado aún una explicación científica.
“Han creado toda una falacia con esos supuestos incidentes. Nosotros no hemos atacado a nadie. Si en un lugar se respetan y protegen los derechos de los extranjeros y en particular los de los diplomáticos es en Cuba”, aseguró, y apostilló que Cuba no ataca, sino que se defiende de ataques, terrorismo y campañas difamatorias.
Esos incidentes llevaron a Washington a evacuar a la mayoría del personal de su embajada en La Habana, que ahora funciona bajo mínimos y no emite visados para los cubanos que quieren visitar o emigrar a EE.UU.
Efecto del bloqueo
El gobernante arremetió asimismo contra el embargo que el país vecino mantiene sobre la isla, “una práctica brutal” que constituye, a su juicio, el principal obstáculo al desarrollo y la prosperidad de Cuba, un país que “no es una amenaza para nadie”.
“Lo que más golpea la vida cotidiana de los cubanos y la vida económica y social es el bloqueo impuesto por EE.UU, que es una práctica brutal, atenta contra un pueblo condenado a morir de hambre, de necesidades”, argumentó Díaz-Canel.
El Gobierno cubano, en su informe más reciente, valoró en 933,678 millones de dólares los daños causados por el embargo a la isla desde 1960, según un cálculo basado en la depreciación actual del dólar frente al valor del oro.