Los ocupantes pasarán aproximadamente 20 horas a bordo y los investigadores intentarán engañar sus cuerpos para que se sientan en el horario del lugar de destino.
La aerolínea australiana Qantas pone en prueba esta noche, viernes 18 de octubre, el vuelo comercial más largo del mundo, para conocer los límites que pueden soportar tanto pasajeros como tripulación y pilotos. Por primera vez, un avión cubrirá la ruta entre EE.UU. y Australia sin ninguna escala, informó la compañía.
Se trata de un Boeing 787 Dreamliner, recién fabricado, que viaja con solo 50 personas a bordo , incluida la tripulación, para ahorrar peso y extender su alcance. El objetivo de esta prueba es realizar una investigación científica sobre el estado de salud de los ocupantes, minimizar el desfase horario e identificar los períodos óptimos de descanso y trabajo de la tripulación.
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Los especialistas intentarán 'engañar' corporalmente a los pasajeros para que se sitúen en el horario de Sydney que, al despegar, será el mediodía del sábado. Las luces de la cabina permanecerán intensas durante las primeras seis horas y los pasajeros llevarán en sus muñecas dispositivos para controlar el sueño y sus movimientos.
Además, recibirán una comida picante , concebida para vigorizar el cuerpo y mantenerlos despiertos durante el tiempo que sea necesario. Después, a medida que el sol se desvanezca en el lugar de destino, las luces de la cabina también se apagarán y el menú consistirá en platos ricos en carbohidratos para alentar el sueño .
El vuelo, al que se ha llamado 'Kookaburra', partió del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York a las 9 de la noche (hora local) y aterrizará en Sídney después de aproximadamente 20 horas. Nunca antes ninguna aerolínea comercial ha emprendido un vuelo de 16.200 kilómetros continuos , la distancia existente entre esas dos ciudades.
La mitad del peso es combustible
La aeronave operará con una carga de gasolina que supera los 100.000 kilogramos, suficientes para aterrizar con un sobrante que le permitiría volar 90 minutos más. Casi la mitad del peso del avión al momento del despegue será combustible.
El experimento es parte del proyecto Sunrise, que entraría en operación a partir de 2022 . Las rutas planificadas conectarán tanto la capital australiana como Melbourne y Brisbane con Nueva York y Londres. Qantas anunció dos vuelos adicionales de prueba, que se llevarán a cabo en noviembre y diciembre. (RT)