CIUDAD DEL VATICANO, 11 de noviembre (EFE).- La plaza de San Pedro volverá a ser durante toda la semana un ambulatorio para dar asistencia a las personas sin hogar y a las más necesitadas, con ocasión de la Tercera Jornada Mundial de los Pobres instituida por Francisco.
Para esta jornada que el Papa pensó para dar “un signo de atención e inclusión a las personas que viven diariamente al margen de la sociedad” se organizarán diversas iniciativas y entre ellas destacan el ambulatorio médico y la Misa del 17 en la basílica y almuerzo de Francisco con los pobres en el aula Pablo VI.
Durante toda esta semana, se han instalado en uno de los laterales de la plaza unos módulos prefabricados donde se realizarán consultas médicas, tratamientos y análisis clínicos totalmente gratuitos para todas las personas indigentes que normalmente tendrían enormes dificultades para acceder a este tipo de servicio.
Además, gracia al apoyo de importantes organizaciones de salud y hospitales, explican desde el Vaticano, esta vez se han incrementado las especialidades médicas disponibles que serán: medicina general, cardiología, diabetes, dermatología, reumatología, enfermedades infecciosas, ginecología, oftalmología, podología, vacunación contra la gripe y ecografías.
El año pasado se asistió en una semana a más de 3,000 personas y de cada diez personas visitadas, tres eran de nacionalidad italiana y el 69 % de los que acudieron tenían entre 30 y 59 años. Asimismo un hombre fue salvado de un ataque al corazón y se detectaron muchos casos de tuberculosis y hepatitis.
El domingo, el Papa celebrará la misa dedicada a los pobres, que se sentarán en las primeras filas y después almorzará con 1,500 de ellos en al Aula Pablo VI del Vaticano, que habilitará para la ocasión un gran comedor con 150 mesas.
Túnicas de seda tailandesa
Las monjas del Convento del Sagrado Corazón de Bangkok trabajan sin tregua para confeccionar las dos túnicas con seda tailandesa y bordadas a mano que el Papa Francisco lucirá durante su visita a Tailandia, entre el 20 y 23 de noviembre.
“Estoy encantada, feliz y orgullosa de servir al Papa”, declaró este lunes a Efe la hermana Sukanya, una de las siete religiosas que junto a otras diez modistas voluntarias han tardado alrededor de dos meses en confeccionar la ropa para el Papa Francisco y otras 200 túnicas y estolas para los obispos que participen en la visita.
El Pontífice lucirá dos mantos, uno de color dorado, durante la misa multitudinaria en el Estadio Nacional el día 21 y para la que se espera una asistencia de unos 50,000 fieles, y otro de color rojo en la homilía en la catedral de Asunción del día 22.