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Internacional

La Fed y la 'piedra filosofal”

Pedro Díaz Arcia

El mundo enfrenta desde hace mucho la paradoja de que la economía más fuerte es la más endeudada.

¿Cómo se explica? Porque creó la alquimia para convertir el papel en oro.

La deuda del Gobierno Federal de Estados Unidos se elevó para alcanzar la cifra más alta de su historia: 23 billones de dólares, según cifras del Departamento del Tesoro, al cierre de 2018. En los tres años de gobierno de Donald Trump el déficit ha llegado hasta casi un 50%. Aunque la inyección de dólares es parte del sistema, sin embargo, cuando el jerarca republicano arribó a la Casa Blanca la deuda era de 19.9 billones de dólares, lo que provocó que el desequilibrio fiscal, como porcentaje del PIB, ascendiera de un 3.8% en el 2018 a 4.6% este año.

No hay mayor problema. Las diferencias políticas no se imponen a la prioridad del sistema. Un acuerdo entre el Congreso y el Ejecutivo aumentó este año la capacidad de gasto del Gobierno eliminando el techo de la deuda hasta el 31 de julio de 2021. Con el fin de calmar las tensiones en el sistema financiero la Fed comenzó a comprar bonos del Tesoro a un ritmo de 60,000 millones de dólares mensuales, desde octubre pasado hasta el segundo trimestre de 2020 y así responder a las necesidades de liquidez.

Tampoco es un misterio: Estados Unidos posee la “maquinita” para cosechar dólares a gran escala, que es el patrón monetario por excelencia. Si alguien quiere saber cuánto “vale” su moneda en el mercado internacional sólo necesita compararlo con el dólar. Si éste sube su precio -no su valor- baja y viceversa.

La emisión de nuevas partidas de dólares está en manos de la Reserva Federal, creada por ley en diciembre de 1913, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, y que no es federal ni es reserva. Se trata de una “Torre de Babel” formada por varios bancos privados de Occidente que decide, de acuerdo a los intereses de dinastías al servicio del capital y en beneficio del sistema. Si en la letra se plantea que debe operar bajo tutela del Congreso, es falso, es el consorcio ejecutivo el que determina cuándo y las cifras a editar.

Al respecto podríamos preguntarnos ¿por qué la emisión en los Estados Unidos, a diferencia del resto de países, no genera inflación? Es simple, cuando la Fed emite grandes cantidades de dólares, su “exportación” a otros países evita la inflación interna. Por eso la posibilidad de un default es “nula”; el país siempre paga porque “lo único que tiene que hacer es imprimir dinero”.

Cuando en diciembre de 2008 estalló la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos con el quiebre del gigante Lehman Brothers, la Fed inyectó programas llamados de “flexibilización cuantitativa” que consistían en emitir grandes volúmenes de dólares para comprar bonos del Tesoro que financiaran el exceso del gasto público y adquirir de los bancos activos que, respaldados en hipotecas impagas, no tenían el menor valor. Es precisamente lo que hace en estos momentos. Las medidas guardan relación con los augurios de nueva y cercana crisis económica global, cuyas tormentas de avanzada se sienten ya en distintas latitudes.

El dominio del capital al crudo. De sus arcas sale el dinero para derrotar mandatarios o desestabilizar gobiernos que no son de su gusto. Cuando Uruguay se encuentra en un proceso de revisión de los resultados del balotaje, en el que sorpresivamente el Frente Amplio mostró sus garras a pesar de la colusión de la derecha y los militares, los poderes fácticos fuera de su territorio están analizando el peso específico del país en la actual correlación de fuerzas en la región, si deben o no respetar una estabilidad institucional reconocida durante décadas.

Los apuntes tienen el objetivo de insistir en los peligros más allá de nuestras tierras y sospechar hasta de su sombra.

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