LA HABANA, Cuba, 22 de diciembre.- (Pelayo Terry Cuervo, especial para POR ESTO!).- En los últimos días corrieron como ríos embravecidos por las redes sociales, y en ciertos medios del ámbito digital, informaciones que aseguraban, a partir de fuentes anónimas, que era inminente en Cuba la anhelada unificación monetaria y cambiaria, y con ello, se dispararía la tasa de cambio entre el dólar y la moneda nacional cubana, que es al final la que se quedará circulando.
Varios medios de desinformación hostiles al proceso cubano, difundieron con una seguridad absoluta que el país amanecería el primero de enero del 2020 con una nueva tasa, a razón de 1 USD por 50 pesos cubanos, lo cual, como se desprende, restaría valor a la moneda nacional y pondría en entredicho el incremento parcial de salarios al sector presupuestado y los pensionados, vigente desde los primeros días del mes de agosto del año en curso y con una creciente aceptación popular.
Eso puso en tensión a no pocos que se hacen eco de las mal intencionadas noticias, porque con la irrupción de las nuevas tecnologías en la vida de la gente, el consumo informativo es cada vez más selectivo e individual y los ciudadanos, con acceso creciente a la gran autopista de la información que es Internet, reciben desde diversos puntos y en las interconectadas redes sociales, lo bueno, lo malo, lo mucho y lo poco que por ella circulan.
Pero como la verdad siempre se abre paso y en Cuba el aprendizaje sobre estos temas comunicacionales es cada vez mayor, los medios de la Isla reprodujeron inmediatamente declaraciones del ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, quien acaba de ser promovido a viceprimer ministro, donde refuta totalmente las falsedades echadas al ruedo.
Gil desmintió las versiones sobre un cambio inminente de la tasa del dólar con respecto al peso nacional de uno por 50 y también negó que el ordenamiento monetario, que estudia el Gobierno, entre en vigencia el 1ro. de enero venidero.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, por su lado, ratificó en el discurso de clausura el sábado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo que el General de Ejército Raúl Castro ha dicho en reiteradas ocasiones desde que se aprobó la necesidad de la unificación monetaria en el país, ante las tensiones que genera para la economía esa anormal situación.
Hace dos años, Raúl Castro afirmó: “Nadie puede calcular ni el más sabio de los sabios que tengamos nosotros, el elevado costo que ha significado para el sector estatal la persistencia de la dualidad monetaria y cambiaria, la cual favorece la injusta pirámide invertida, y no todos los ciudadanos aptos se sienten motivados a trabajar legalmente, al tiempo que se desestimulan la promoción a cargos superiores de los mejores y más capacitados trabajadores y cuadros, algunos de los cuales emigran al sector no estatal. Debo reconocer que este asunto nos ha tomado demasiado tiempo, y no puede dilatarse más por su solución”.
Luego de recordar esa frase, el presidente cubano aseguró que “el ordenamiento monetario se encuentra en fase avanzada de estudio y aprobación. Actualmente se concentran los esfuerzos en la validación integral de los resultados de cada tema, la aprobación de las normas jurídicas, la organización y ejecución de los procesos de capacitación, aseguramiento político y comunicación social”, lo cual confirma la integralidad del proceso, pues abarca aspectos estrechamente relacionados, que tendrán impacto en toda la sociedad, los que serán aplicados con la secuencia prevista, buscando minimizar los efectos en la ciudadanía.
Y añadió: “este proceso no es un canje de monedas, por lo que ratifico lo expresado en ocasiones anteriores, en cuanto a que se garantizarán los depósitos bancarios en divisas extranjeras, pesos convertibles, pesos cubanos, así como el efectivo en manos de la población. Todas las medidas derivadas del mismo se informarán debidamente a nuestro pueblo”.
Ante tales afirmaciones el globo que intentaron inflar nunca pudo tener el aire al que aspiraban y de pronto aquellos medios que quisieron intranquilizar con sus conocidas mañas, quedaron al descubierto, y en ridículo, frente a las mentiras que pretendieron propalar. La unificación monetaria y cambiaria en Cuba ya transita por los senderos previstos y más temprano que tarde llegará el momento anhelado, pero la palabra empeñada por quienes dirigen hoy el país es sagrada y vale mucho.