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Internacional

Operación Northwoods contra Cuba precedió al 9/11

Por Manuel E. Yepe

Uno de los planes más afanosos de la Operación Northwoods contra Cuba era el de hacer estallar un avión en pleno vuelo. El plan consistía en llenar un avión civil con personal militar y de la CIA registrado bajo identificaciones falsas; un avión militar duplicado con exactitud del original -pero no tripulado y sin pasajeros- despegaría a la misma hora, sobrevolaría Cuba y se estrellaría en el océano víctima, de supuestos misiles cubanos.

El avión con pasajeros falsos aterrizaría en una base militar, pero el avión teledirigido vacío y las listas de supuestas bajas se publicarían prolíficamente en los periódicos estadounidenses y la realización de funerales falsos para víctimas de la burla causaría una ola de indignación nacional en la sociedad norteamericana.

La propuesta de la Operación Northwoods agregaba: “También podríamos volar un barco estadounidense y culpar a Cuba”. (No está claro si el barco iba a estar vacío o lleno de sus soldados). El documento agregaba que debían fomentarse intentos de secuestro contra las aeronaves civiles y de superficie de Estados Unidos”.

Algunas de las recomendaciones de la Operación Northwoods seguramente habrían causado heridas graves e incluso la muerte de civiles cubanos y estadounidenses. El plan sugiere, entre otras acciones, que “Podríamos hundir un cargamento de cubanos en ruta a Florida (de manera real o simulada) y fomentar atentados contra la vida de cubanos anticastristas en Estados Unidos, incluso hasta el punto de herirlos porque éstos son casos que se publicitan ampliamente. Igualmente pudiéramos simultáneamente hacer estallar unas cuantas bombas en lugares escogidos”.

Lyman Louis Lemnitzer, un general del ejército de los Estados Unidos, que se desempeñó como Presidente del Estado Mayor Conjunto de 1960 a 1962 y luego se desempeñó como Comandante Supremo Aliado de Europa de la OTAN de 1963 a 1969, quería que muchos de estos ataques terroristas se dirigieran a la Base Naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo.

Los planes eran siempre en este orden: comenzar disturbios cerca de la entrada de la base; lanzar proyectiles de mortero desde fuera de la base hacia dentro de la base; explotar municiones dentro de la base; iniciar incendios; sabotear aviones en la base aérea; sabotear un barco en el puerto naval; provocar grandes fuegos y náufragos.

Se conoce que cuando el Secretario de Defensa McNamara recibió el plan de la Operación Northwoods lo rechazó, pero se lo pasó al Presidente Kennedy quien luego también lo rechazó. Pero si Kennedy y McNamara hubieran estado de acuerdo con el plan, el Estado Mayor Conjunto habría comenzado a llevar a cabo la Operación Northwoods “inmediatamente, dentro de unos meses”.

Aunque la Operación Northwoods nunca se inició, cuando el Jefe del Estado Mayor Conjunto y otros altos mandos militares del Gobierno de Estados Unidos planearon ataques violentos contra ciudadanos estadounidenses y cubanos contrarrevolucionarios a quienes causarían muertes y graves lesiones, culpando a Cuba de esos ataques que servirían como excusa para invadir el país, esa era una conspiración categóricamente terrorista del gobierno Estados Unidos cuya esencia estuvo vivamente presente en los acontecimientos de Nueva York y Washington de enero de 2001.

En muchos sentidos legitiman las teorías acerca del carácter de autoagresión que debieron haber tenido aquellos tristes hechos.

No son pocos los estadounidenses que aún dan crédito a la versiones oficial y mediática sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington D.C., según las cuales enloquecidos musulmanes dirigidos por Osama bin Laden atacaron las torres gemelas de Nueva York y el edificio de la Secretaría de Defensa (Pentágono) motivados por el hecho de que sentían odio hacia “nuestras libertades y nuestras religiones”, no obstante el cúmulo de pruebas en contrario que aún hoy se siguen acumulando.

Desde que ocurrieron los presuntos ataques, parecía evidente que ni bin Laden ni los talibanes afganos estaban involucrados en ellos, aunque se había divulgado que bin Laden había aplaudido los ataques, por lo que siguió publicitado como sospechoso clave.

Arabia Saudita es un conjunto de tribus enfrentadas entre sí y mantenidas en línea por la Fuerza Aérea de Estados Unidos desde sus bases en esa nación y una fuerza tribal conocida por “ejército blanco”, liderada por “asesores” estadounidenses. Arabia Saudita ha avanzado poco en el camino de tener un ejército regular porque sus gobernantes temen golpes de estado por parte de las fuerzas armadas como los que ocurrieron en Egipto, Irak y Siria.

Los grupos nacionalistas privados en Arabia Saudita que se oponen acerbamente a la dominación extranjera de su país bien podrían haber financiado y organizado el 11 de septiembre. Pero, por supuesto, Washington no podría admitirlo. Eso pondría en duda la ocupación estadounidense de Arabia Saudí.

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