Alfredo García “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”, escribió Carl Marx en 1848. La agresión y amenazas de EU contra Cuba y la actual política de la Casa Blanca contra Venezuela confirman la sabia reflexión.
Después del bochornoso repliegue de Juan Guaidó a territorio colombiano en compañía del presidente Iván Duque y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, el autoproclamado Presidente Interino de Venezuela escribió en su cuenta Twitter: “Los acontecimientos de hoy me obligan a tomar una decisión: plantear a la comunidad internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación de esta patria que lucha y seguirá luchando. ¡La esperanza nació para no morir, Venezuela!”.
Guaidó, un desconocido legislador suplente hasta hace sólo unos días, notorio por organizar violentas guarimbas del extremista Partido Voluntad Popular, PVP, organización promovida y financiado por la AID y la Fundación Nacional para la Democracia (NED en inglés), calificado por el periódico, The Wall Street Journal, como “un nuevo líder democrático” y reconocido por EU y sus aliados como “legítimo líder de Venezuela”, se reunió ayer en Bogotá con Mike Pence, vicepresidente de EU y el Grupo de Lima, para coordinar la futura estrategia injerencista contra el gobierno venezolano.
Una semana antes el presidente Donald Trump se dirigió a las Fuerzas Armadas Bolivarianas: “Pueden optar por aceptar la generosa oferta de amnistía de Guaidó. No deben seguir las órdenes de Maduro para bloquear la ayuda humanitaria”, instó Trump, tras advertir a los oficiales venezolanos que si eligen el segundo camino “no encontrarán un refugio y lo perderán todo”.
Hace casi 6 décadas, días antes de la invasión de Girón contra Cuba, el Consejo Revolucionario Cubano, CRC, organización pantalla creado por la CIA, hizo un llamado a la oficialidad revolucionaria en Cuba: “A los miembros del Ejército Rebelde, de la Marina Nacional y de la Policía, que las huestes de la liberación se nutren fundamentalmente de sus compañeros de ayer; que serán ratificados en sus posiciones todos los que contribuyan al derrocamiento de la tiranía comunista y que serán ascendidos aquellos que lo merezcan por su heroísmo en la lucha. Organizaremos unas fuerzas armadas técnicas al servicio de la República a las que podrán pertenecer todos los cubanos con vocación militar, de ayer y de hoy, con tal que puedan exhibir una conducta sin mancha”.
El CRC fue creado por orden del presidente, John F. Kennedy, con un grupo de “opositores” cubanos reclutados por la CIA y presidido por el “demócrata”, José Miró Cardona, quien de triunfar la invasión se convertiría en el Presidente Provisional de Cuba.
Al iniciarse la agresión de EU contra el gobierno revolucionario, con el mismo método de bombardeos sorpresivos usado por los japoneses contra EU en Pearl Harbor, el embajador de EU en la ONU, Adlai Stevenson, pronunció un discurso en Naciones Unidas mostrando fotos y declaraciones que, según él, demostraban que los bombardeos habían sido obra de pilotos de la Fuerza Aérea cubana descontentos con su gobierno.
La fulminante derrota de los invasores y las pruebas aportadas por el gobierno cubano sobre la trama conspirativa de la Casa Blanca, reveló la violación de EU a la Carta de la ONU y el engaño de Stevenson a la comunidad internacional.
La confabulación de la OEA con EU contra Venezuela, forma parte de la grotesca repetición de complicidad del entonces secretario general de la OEA, José Antonio Mora Otero con EU en la invasión de Girón, diplomático uruguayo al igual que Almagro, que años después sería nombrado ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay.