LA HABANA, Cuba, 13 de abril (EFE/AFP/AP).- Ante las renovadas presiones de Estados Unidos y las dificultades de su economía, Cuba estableció prioridades “claras” en un plan hasta 2030 para evitar a toda costa recaer en una seria crisis similar al llamado “periodo especial” de la década de 1990, anunció este sábado el presidente Miguel Díaz-Canel.
“La crudeza del momento nos exige establecer prioridades bien claras y definidas, para no regresar a los difíciles momentos del ‘período especial’”, dijo Díaz-Canel al cerrar una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, que aprobó esta semana la nueva Constitución del país caribeño.
El mandatario, que cumplirá un año en la jefatura del Estado el próximo viernes, reconoció que la isla aún arrastra “los fardos de la ineficiencia administrativa, mentalidad importadora, falta de ahorro y los insuficientes ingresos por exportaciones”.
Díaz-Canelacusó a Estados Unidos de haber hecho retroceder las “precarias” relaciones bilaterales “hasta el peor nivel” y se preguntó qué más puede hacerle Washington a la isla “después de sesenta años de persecución, agresiones y amenazas”.
“No, señores imperialistas, los cubanos no nos rendimos ni aceptamos leyes sobre nuestros destinos. En Cuba mandamos los cubanos (...). Nadie va a arrebatarnos ni por la seducción ni por la fuerza la patria que los padres nos ganaron de pie. Cuba sigue confiando en su fuerza y su dignidad y también en las de otras naciones soberanas e independientes”, dijo.
Tres etapas
La planificación de la economía cubana hasta 2030 está concebida en tres etapas (2019-2021, 2022-2026 y 2027-2030), con un enfoque primario en seis “sectores estratégicos”.
La prioridad estará en el turismo, la industria biotecnológica y farmacéutica, las fuentes renovables de energía, la producción de alimentos, la construcción y la exportación de servicios profesionales, este último considerado por analistas como la principal fuente de ingresos para el país.
Entre las tareas “inmediatas”, Díaz-Canel incluyó la reorganización del comercio interior cubano, la revitalización del sistema empresarial estatal y el impulso al sector privado, integrado por más de 580,000 trabajadores autónomos.
El mandatario llamó a “trabajar intensamente” para mejorar el abastecimiento de alimentos y solucionar los problemas crónicos de vivienda, transporte y la calidad de los servicios.
Para la peor variante
Hay que lograrlo, “aún en medio de las asfixiantes persecuciones financieras que hacen particularmente difícil la importación de bienes y recursos de primera necesidad”, dijo en referencia a las restricciones del embargo que EE.UU. ha redoblado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
También mencionó el estímulo a la inversión extranjera, reconocida en la nueva Carta Magna como vital para reflotar la maltrecha economía de la isla y que todavía no alcanza los niveles necesarios, lastrada por las trabas burocráticas.
“Es imprescindible ahorrar y controlar bien los recursos”, pidió el presidente, en sintonía con el llamamiento de su antecesor, el exmandatario y líder del gobernante Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, cuando se dirigió al Parlamento el miércoles pasado.
En su discurso, Castro instó a los cubanos a “estar preparados para la peor variante” de la economía porque “la situación podría agravarse en los próximos meses”.
Historia y victoria
Díaz-Canel recordó la intensa crisis financiera, energética y alimentaria que sufrió el país en los años 90 tras la caída de la Unión Soviética y la retirada de los subsidios del bloque comunista.
Bautizado por el fallecido expresidente Fidel Castro como “periodo especial en tiempo de guerra”, es un trauma que persiste en la memoria de los cubanos y un peligro que el Gobierno cubano insiste en alejar.
“La historia tiene algo que decirnos. (...) La generación de nuestros padres y abuelos enfrentaron, con menos experiencia e incluso menos recursos, momentos más graves y oscuros. Y salieron victoriosos”, insistió el primer presidente cubano sin apellido Castro en casi sesenta años.
Fuertes restricciones
Durante la sesión parlamentaria también intervino el ministro de Economía, Alejandro Gil, quien aseguró que el plan de la economía hasta 2030 es “cumplible”, aunque reconoció que en la primera etapa (2019-2021), el país enfrentará “fuertes restricciones financieras”.
Como “imprescindibles” señaló la necesidad de un ajuste real de la planificación para no incrementar la deuda, el cobro a tiempo de los ingresos por exportaciones y asegurar la cobertura de la demanda interna de alimentos y medicinas.
Según el exministro de Economía José Luis Rodríguez, esas deudas impagas con proveedores a corto plazo que deben renegociarse ascendían a 1,500 millones de dólares al cierre de 2018.
Por su parte, el jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo, habló sobre la aprobación de 22 nuevas medidas que se aplicarán a corto y medio plazo para tratar de impulsar las empresas estatales socialistas, informaron medios oficiales.