NUEVA YORK, EE.UU., 13 de abril (EFE).- Un brote de sarampión en la comunidad judía ortodoxa de Brooklyn ha puesto en jaque a las autoridades neoyorquinas, que bajo amenaza de multa obliga a la vacunación, un debate que enfrenta a la propia comunidad judía mientras la enfermedad se extiende por el estado de Nueva York.
Desde que el pasado martes el alcalde Bill de Blasio decretará la emergencia pública de salud en el barrio de Williamsburg, el conflicto está servido entre quienes acusan a la medida de coartar las libertades religiosas y los que defienden que es necesaria, con más de 300 casos de sarampión confirmados desde octubre en el estado de Nueva York.
De estos, 285 se han producido en la ciudad de Nueva York, mientras que en el Condado de Rockland, al norte de la urbe, se han registrado 184, y en el de Westchester, otros 8.
En total, en Estados Unidos se han registrado 837 casos desde que se inició la epidemia en otoño, que en Nueva York arrancó tras el viaje de una familia judía ortodoxa a Israel, donde un niño sin vacunar se contagió de la enfermedad.
Muchos alegan que la decisión de no inocularse se basa en sus creencias religiosas, sin embargo, rabinos como Jonathan Leener, en declaraciones a Efe, aseguran todo lo contrario.