LA HABANA, Cuba, 19 de abril (Por Pelayo Terry Cuervo, especial para Por Esto!).- La sociedad civil cubana rechazó este viernes, mediante una Declaración de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU), la amenaza y el chantaje político, a partir del empleo del Título III de la ley Helms-Burton.
Esa organización, con Estatus Consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) y que agrupa a 134 organizaciones de la sociedad civil y otras entidades cubanas, condenó de forma enérgica el anuncio del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, de la activación del Título III de la Ley Helms-Burton y otras medidas anunciadas por el gobierno de ese país, “las cuales constituyen un ataque directo a la soberanía de Cuba y a su sistema político y económico”.
La ACNU señala que la Ley Helms-Burton fue redactada –dice- sobre la base de mentiras y es una muestra de las pretensiones injerencistas y colonialistas del gobierno de Estados Unidos, el cual –agrega- pretende desconocer el derecho soberano de un país a la nacionalización y expropiación de bienes de extranjeros y nacionales, así como de escoger soberanamente su sistema político y económico.
“La sociedad civil cubana rechaza la amenaza y el chantaje político, a partir del empleo del Título III de la Ley Helms-Burton, un capítulo de alcance extraterritorial dirigido no solo a asfixiar económicamente a Cuba sino a internacionalizar el bloqueo por medio de medidas coercitivas contra terceros países, con el fin de interrumpir sus relaciones de inversión y comerciales con Cuba y someter a esos Estados soberanos a la voluntad de los Estados Unidos”, expresa la declaración.
La organización afirma que la Helms-Burton es “una violación flagrante” de los derechos humanos del pueblo cubano, y sentencia que la activación afecta directamente “la implementación de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible” en Cuba y “constituye un franco desprecio a los principios consagrados por el Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas”.
Además, califica como “infame” la medida, pues impone trabas adicionales al desarrollo de Cuba, dificulta su inserción en el escenario económico internacional a la vez que ambiciona usurparle su riqueza, infraestructura, las tierras cultivables, las industrias, los recursos mineros y “las bases sobre las que se desarrollan la ciencia y la tecnología y se prestan los servicios a la población”.
Por último, destaca que la aplicación del Título III de la ley Helms-Burton “no doblegará la voluntad del pueblo cubano de construir su futuro libre, independiente y soberano con el propósito supremo de alcanzar un socialismo cada vez más próspero, sostenible, inclusivo y participativo”.