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Internacional

Trump celebra la ayuda de Moscú

WASHINGTON, EE.UU., 26 de abril (AFP).- El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró este viernes la ayuda de Moscú en las negociaciones con Pyongyang, un día después de la cumbre entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, que denunció la “mala fe” de los estadounidenses.

“Logramos muchos avances sobre Corea del Norte. Me han gustado las declaraciones del presidente Putin. Quiere que esto dé resultados”, declaró Trump a la prensa en los jardines de la Casa Blanca.

El mandatario estadounidense no habló en ningún momento de las críticas de Kim y prefirió volver a destacar la buena sintonía que mantiene con el líder norcoreano.

Kim abandonó este viernes Vladivostok tras una “amistosa” primera cumbre con Putin, del que buscaba apoyo en la crisis nuclear.

La visita concluyó sin avances concretos pero permitió a Pyongyang renovar lazos al más alto nivel con su aliado de la Guerra Fría, y a Moscú volver al primer plano en la crisis coreana.

El líder norcoreano “prometió volver, le gustó la ciudad”, dijo a la prensa el gobernador Oleg Kojemiako tras la salida del tren.

Un encuentro “abierto y amistoso”, estimó Kim, según la agencia norcoreana KCNA, quien informó que Putin “aceptó prontamente” su invitación a visitar Corea del Norte.

Nada que ver con el fiasco de la cumbre de Hanói con Donald Trump en febrero, que supuso un frenazo a la distensión observada en los últimos meses en la península coreana.

Estados Unidos “adoptó una actitud unilateral de mala fe”, denunció el dirigente norcoreano, según KCNA, advirtiendo: “La situación en la península coreana y en la región se encuentra actualmente en un impasse y alcanzó un punto crítico”.

“Reparar errores” de Washington

“Kim se reunió con Putin porque quería mostrar que tenía a alguien de su lado” explicó a la AFP Lee Woo-young, profesor de la Universidad de estudios norcoreanos en Seúl, para quien Kim Jong Un “busca una posición favorable ante futuras negociaciones con Estados Unidos”.

En Hanói, escenario de la segunda cumbre Trump-Kim, Corea del Norte buscaba obtener un alivio inmediato de las sanciones internacionales impuestas para obligarle a renunciar a sus armas atómicas. Pero las conversaciones se acortaron por los desacuerdos profundos con Washington, sobre todo respecto a las concesiones a las que Pyongyang estaba dispuesto.

La semana pasada, Pyongyang alzó la voz y atacó con inusual dureza a Mike Pompeo, exigiendo que el secretario de Estado no vuelva a participar en las conversaciones sobre desnuclearización.

La cumbre de Vladivostok, la primera de este nivel desde la del 2011 entre el expresidente Dimitri Medvedev y Kim Jong Il, “repara los errores cometidos por la diplomacia estadounidense en toda una serie de temas”, dijo la portavoz de la diplomacia rusa Maria Zajarova en la radio Eco de Moscú, acusando a Washington de “llevar la región al borde de una crisis nerviosa”.

Moscú aboga por un diálogo con Pyongyang sobre una hoja de ruta establecida por China y Rusia. Este último ya ha pedido que se levanten las sanciones internacionales, a lo que Estados Unidos replica acusando a Moscú de ayudar a Pyongyang a sortearlas.

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