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Internacional

Versalles y Brest-Litovsk

Por Jorge Gómez Barata

Solución de conflictos (III)

Las negociaciones en Oslo entre el gobierno y la oposición venezolana no son una novedad. No existe recurso más socorrido para la solución de conflictos que tratativas de ese tipo, en las cuales se cede y se recibe.

En ese ámbito ningún líder hizo más concesiones que Lenin, el más consecuente e intransigente de los revolucionarios del siglo XX, y ninguna revolución cargó con un estigma mayor que la bolchevique que, al pactar la Paz de Brest-Litovsk, según el propio Lenin, decepcionó a pueblos que había prometido liberar. Tampoco ningún tratado imperialista fue tan voraz como el de Versalles, que consagró el segundo reparto del mundo.

Exiliado en Zúrich, Lenin fue sorprendido por el desencadenamiento de la revolución, y urgido de regresar a Rusia se involucró en una insólita negociación con el gobierno alemán, entonces en guerra con su país, para viajar desde Suiza a través de Alemania. La audaz maniobra fue posible porque Lenin había prometido que, de llegar al poder, pondría fin a la participación de Rusia en la guerra, cosa altamente conveniente para el mando alemán.

La coincidencia circunstancial entre la revolución y el imperio hicieron posible el viaje casi suicida de tres mil kilómetros en un vagón sellado para llegar a Petrogrado, donde se puso al frente de la revolución.

Con el triunfo bolchevique en octubre de 1917 se planteó para Lenin la obligación de cumplir el compromiso contraído con su pueblo, y también con el gobierno alemán, cosa a la cual se opusieron no sólo el resto de los países beligerantes, sino también importantes figuras del Partido Bolchevique, principalmente Trotski y Bujarin, que lo confrontaron abiertamente porque implicaba pactar con el imperialismo, y entregar pueblos completos a la voracidad germana.

Con infinita vergüenza, pero con firme determinación, la delegación soviética encabezada por León Trotski, luego de humillantes negociaciones, firmó el Tratado de Paz de Brest-Litovsk, que puso fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. A cambio Alemania exigió, entre otros, los territorios de Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia. Meses después Alemania fue derrotada, y el Tratado de Brest-Litovsk quedó anulado. Por esa vez, gracias a la capacidad para negociar, maniobrar, y ceder, la revolución fue salvada.

El Tratado de Versalles (1919), adoptado al concluir la Primera Guerra Mundial, no tenía como objetivo cesar las acciones, cosa que se selló en los campos de batallas, sino coordinar el castigo a los vencidos y realizar un nuevo reparto del mundo. El acuerdo fue pactado entre los países vencedores, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, e Italia, sobre la base de los 14 puntos del presidente norteamericano Woodrow Wilson. Los vencidos no fueron convocados, y Rusia no participó debido al triunfo bolchevique.

Según se ha establecido, el carácter obviamente imperialista del Tratado de Versalles, fue una de las causas que dieron lugar a la Segunda Guerra Mundial, en la cual hubo dos negociaciones trascendentales: El Pacto de Munich (1938), y Los acuerdos Molotov-Ribbentrop (1939), más exactamente Stalin-Hitler. Luego les cuento.

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