Mientras en Reino Unido el líder laborista, Jeremy Corbyn, anunció que pedirá un nuevo referendo sobre el Brexit; expertos analizan si en realidad Estados Unidos fortalece o reduce su potencial en Medio Oriente, en plena crisis del Golfo Pérsico; y la situación de los migrantes sigue en condiciones pecaminosas; una encuesta sobre la popularidad de Donald Trump llama a la reflexión.
¿Es probable su reelección?
La respuesta es que no será fácil vencerlo. La tasa de aprobación a su gestión aumentó al 47%, la más alta desde que asumió el cargo; aunque el 50% rechaza su forma de gobernar y el 65% desaprueba su comportamiento, según un reciente sondeo del diario The Washington Post y la cadena ABC.
Los datos indican que el 51% apoya sus medidas económicas, la tasa de crecimiento anual fue de 3.1% en el primer trimestre del año y creció el empleo. En cuanto a la política exterior el rechazo se mueve en un rango entre el 40 y el 55%. Pero el voto muchas veces, en esa sociedad, se inclina hacia donde lo hace el bolsillo.
¿Qué peso puede tener en la contienda electoral el voto latino?
La población hispana de Estados Unidos alcanzó 59.9 millones de personas en 2018, casi 12 millones más que en la última década, según un informe divulgado el lunes por el centro de investigación Pew; aunque el aumento en término promedio descendió más hasta el 2% en años más recientes.
Si bien el apoyo de la población hispana a los demócratas creció en los últimos diez años casi el 70%; sin embargo, no es un voto estable como el de otras minorías; particularmente en su población joven. En las elecciones legislativas de noviembre el 75% de los latinos apoyó a los demócratas. Sería un error que se diera por seguro y no se hiciera una labor política para mantenerlo.
En cuanto al debate de si disminuye, o no, la presencia de Estados Unidos en Medio Oriente, con independencia de la retórica no creo que ponga en riesgo sus grandes intereses en la región, por lo que habría reforzado sus alianzas con Israel, Arabia Saudita y Egipto. Incluso prometió tecnología nuclear a Riad. Esta movida le permite bajar protagonismo en los conflictos de Siria, Irak y Afganistán.
Por supuesto, no cesará su bombardeo mediático contra Irán, pero sin ir más allá para no lesionar el apoyo de sus bases contrarias a la participación de tropas estadounidenses en guerras externas. Por su lado, Teherán seguirá enriqueciendo uranio, “mostrando músculos” y presionando a los firmantes del Pacto Nuclear de 2015.
¿Qué piensan los seguidores de Trump de su política migratoria?
Un botón de muestra, el Centro de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas, se ha convertido en un infierno. Hombres, mujeres y niños cubiertos de piojos, con diversas enfermedades, encerrados en estrechas celdas con un hedor tan insoportable que habitantes cercanos al sitio se cubrían la nariz cuando se cruzaban con algún guardián del sitio. Un agente narró que colocaron a una niña en un catre bajo su vigilancia para evitar que se suicidara.
¿Qué piensan sobre estos campos de concentración?
Piensan como el mandatario, que llama a sus seguidores “gente”, gentuza para buena parte del mundo, y que suelen saludarse al estilo del Tercer Reich.