Manuel E. Yepe
“Una ola de artículos y rumores sobre la defenestración de John Bolton, incluyendo algunos salidos de varios amigos míos cuyos juicios suelo respetar, me despistó. El presidente Donald Trump no ha despedido a John Bolton por el fracaso de su último torpe intento de derrocar al gobierno legítimo democráticamente electo de Venezuela: Al menos no todavía”.
Bolton sigue de Consejero de Seguridad Nacional de EEUU y sus huellas dactilares han aparecido en el último “incidente” de ataques con minas contra los dos petroleros en el Golfo Pérsico.
Eso no significa que la comunicación entre Trump y Bolton, no se haya visto afectada, primero por causa de Venezuela y ahora por culpa de Irán.
Pero claramente estos vínculos han sufrido. Si Trump hubiera estado todavía en el bolsillo de Bolton, ya se habrían ordenado los feroces ataques aéreos contra Irán que Bolton desesperadamente ansiaba. Es un gran mérito de Trump no haberlo hecho.
El fracaso de Bolton -apoyado con entusiasmo por el Secretario de Estado Mike Pompeo, el enviado especial Elliott Abrams y el Vicepresidente Mike Pence- que aseguraba el derrocamiento del Presidente Nicolás Maduro de Venezuela hace un mes, claramente le costó caro.
Donald Trump es un hombre de negocios en todo momento y por ello habría preferido lo que él consideraba un trato apropiado: el derrocamiento de Maduro mediante un golpe de estado típico con orquestación por Estados Unidos… Pero Bolton y su banda lo han convertido todo en un auténtico desastre.
Por ello, Bolton estaba ansioso por distraer la atención del Presidente y de los medios políticos de Washington hacia Irán lo antes posible. Los obedientes medios de comunicación de EEUU lo acomodaron todo. “Ni un susurro de duda sobre la incompetencia evidente de Bolton en el caso de Venezuela le ha sido permitido al New York Times ni al Washington Post.
“Bolton conserva el apoyo estratégico de sus ricos e influyentes patrocinadores políticos: Los clanes neoconservadores que dirigieron tan catastróficamente la política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos bajo el presidente George W. Bush y a quienes el presidente Barack Obama permitió complacientemente permanecer en el poder y perpetrar desestabilizaciones de los gobiernos de Siria y Ucrania, así como derrocar al de Libia.
Bolton también sigue contando con el apoyo total del primer inistro israelí Benjamin Netanyahu. Si Netanyahu no consigue una coalición de gobierno en las elecciones de septiembre en Israel, es muy posible que Bolton pierda a sus cruciales aliados israelíes que ha dado por seguros durante mucho tiempo.
Desde los días de Yitzhak Rabin, el ejército israelí desconfía de los delirios hambrientos de guerra de los neoconservadores en Washington tanto como de sus homólogos en el Pentágono. El sucesor más probable de Netanyahu, el líder de la coalición Bluer & White, general Benny Gantz, ex jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, puede ser tenido en cuenta.
En mis observaciones –escribe el periodista especializado Martin Sieff, los generales estadounidenses de alto rango son profesionales sobrios que reconocen claramente los desafíos reales a los que se enfrentan y la necesidad de tratar de evitar tener que luchar varias guerras de gran escala en múltiples frentes al mismo tiempo.
Es por eso que la partida del General James Mattis como Secretario de Defensa y del General John Kelly dejó una brecha tan preocupante en la cúspide de la política estratégica de Estados Unidos.
Sin embargo, los últimos tres meses han demostrado que la partida de Kelly y Mattis no le dejó a Bolton y a sus cómplices belicistas una mano libre: Los belicistas pensaron que sí, pero la arruinaron. Bolton aún no se ha ido pero el mito de su supuesto “genio” ha sido muy dañado. Trump mismo está empezando a comprobarlo.
Un hombre tan fanático e implacablemente enérgico como Bolton nunca debería ser descartado de la consideración hasta que finalmente se haya ido. Mientras tenga la oportunidad de susurrar al oído del Presidente de los Estados Unidos - y el Presidente se lo permita - sigue siendo un peligro para la paz mundial y la supervivencia de la humanidad.
Bolton y sus aliados son obvios, brutales, predecibles y directos: Pero también son enérgicos, nunca descansan y son implacables. Es evidente que no se han rendido en sus esfuerzos por manipular a Trump para que inicie una guerra a gran escala con Irán y sólo quedaría esperar que más provocaciones frustradas lo impidan.
(http://manuelyepe.wordpress.com)
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