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Internacional

Estampas mal dibujadas

Jorge Gómez Barata

Antiguos daguerrotipos, descoloridas litografías, dibujos y pinturas, muestran estampas de la esclavitud que sugieren bucólicos momentos. La verdad es otra y es más lacerante.

Junto a la tragedia de los pueblos originarios, la trata de esclavos africanos y la esclavitud en el Nuevo Mundo es la catástrofe humanitaria más relevante de la era moderna, y también uno de los fenómenos socio-económicos peor estudiados, tanto que a veces se omite.

Las dimensiones del evento del que fueron víctimas no menos de 100 millones de personas a lo largo de cuatro siglos, afectó de modo esencial a Africa y América, modificando la demografía, alterando la cadena de reproducción humana, y creando nuevos prototipos.

El mestizaje que adorna y enriquece cultural y humanamente a los pueblos antillanos y caribeños, y a Brasil, y créalo o no, a los Estados Unidos, que no serían lo mismo sin su población de color, es parte de esa saga.

La captura y venta como esclavos de millones de jóvenes en edad núbil alteró los procesos demográficos africanos. Como consecuencia de ello, algunos países de ese continente cuentan hoy con menos población que en el siglo XVII.

Al exponer sin mayores explicaciones que la captura de los africanos vendidos a los negreros era realizada por sus propios hermanos, se simplifica un fenómeno social más complejo, se manipula una verdad relativa, se suman argumentos a la idea de la inferioridad africana y se alimenta el racismo. Como otras veces ocurre, las víctimas son convertidas en culpables.

La esclavitud que entonces existía en Africa obedecía a procesos sociales endógenos, se expresaba en escalas limitadas, no estaba presente el afán de lucro, ni se practicaba la explotación sistemática de que fueron objeto los esclavos en las plantaciones de América. Lo que realidad ocurrió fue que los negreros europeos se aprovecharon de un fenómeno prexistente, corrompieron a los jefe tribales, les proporcionaron alcohol y armas de fuego, y los engañaron con abalorios desconocidos para ellos.

Además de ser la más grave tragedia humanitaria, entre otras cosas porque se prolongó durante cuatro siglos, la esclavitud africana en América dio lugar a toda una rama de la economía mundial, denominada comercio triangular, en virtud de la cual, con fuerza de trabajo africana, en América se producían bienes y productos intermedios que eran consumidos y utilizados en Europa.

Así nació el comercio mundial. De hecho, los buques negreros eran también mercantes, que partían de Europa, cargaban esclavos en Africa, y, luego de entregarlos en América, tomaban mercancías con destino al Viejo Continente, para reiniciar allí un nuevo ciclo.

Las necesidades de mano de obra eran tales que los esclavos africanos procedían de prácticamente todo el continente. Se ha logrado probar la presencia de individuos de, entre otros lugares, Camerún, Nigeria, Angola, Guinea, Ghana, Gambia, Sierra Leona, Mauritania, Malí, Benín, el Congo.

Los principales destinos originalmente fueron Londres, Bristol, y Liverpool, en su tiempo grandes mercados de esclavos. En América del Norte, entre otros figuraron Rhode Island, Newport, Charleston, y en las Antillas y el Caribe, predominaba La Habana, pero también Puerto Príncipe, Barbados, y Santo Domingo.

Entre las consecuencias de la trata y la esclavitud, probablemente ninguna es tan odiosa y persistente como el racismo y la discriminación por el color de la piel, que se niega a desaparecer. Un día les contaré otras aristas.

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