EL PASO, EE.UU., 6 de agosto (AFP/EFE).- Muchos habitantes de El Paso sumidos en el duelo por la matanza del fin de semana se oponen a la visita el miércoles del presidente estadounidense Donald Trump a esta ciudad de mayoría latina, en medio de las dudas sobre su determinación para luchar contra el extremismo.
Fuera del supermercado donde ocurrió la matanza varias cruces recuerdan a las 22 víctimas, de los cuales ocho eran mexicanos. Poco a poco, el tributo improvisado de flores, globos, velas y banderas de Estados Unidos y México se hace más grande.
Trump visitará El Paso y Dayton, en Ohio, después de las matanzas que dejaron más de 30 muertos el fin de semana en un momento en que busca unificar el país contra el racismo y la ideología de los supremacistas blancos, en medio de las acusaciones de que él es una parte del problema.
El alcalde de El Paso, Dee Margo, dijo al anunciar la visita que tenía que recibir al presidente porque era su obligación.
La alcaldesa de Dayton, Nan Whaley, dijo estar decepcionada con el discurso de Trump del lunes: “No sé si sabe en lo que cree”, concluyó.
Según los reportes de prensa, antes de perpetrar la matanza, el atacante de El Paso denunció en un manifiesto en Internet una “invasión hispana” en Texas.
“Yo culpo al presidente. Desde el momento en que llegó a la presidencia su retórica, el odio que tiene hacia las personas que tienen un color de piel diferente. No tiene derecho”, dijo la AFP Silvia Ríos, una habitante de El Paso que acudió a la vigilia.
El lunes, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, calificó la matanza como “un acto de terrorismo contra los mexicanos”.
“Creo que el presidente Trump es el gran problema”, dijo a la AFP Rosario Meyer.
“No más división”
El precandidato demócrata Beto O’Rourke, oriundo de El Paso, dijo que el presidente estadounidense ayudó a crear el odio que hizo posible la tragedia.
“No necesitamos más división. Necesitamos sanar. Él no tiene espacio aquí”, afirmó O’Rourke.
Para la congresista por Texas Verónica Escobar, Trump y su equipo deberían “considerar el hecho de que sus palabras y sus acciones han jugado un rol en esto”.
“Desde mi perspectiva, él no es bienvenido aquí”, dijo Escobar a la cadena MSNBC. “No debería venir aquí, estamos en duelo”.
El centro de estudios con sede en Washington Center for Public Integrity entró en el debate cuestionando el “apoyo inquebrantable” que Trump le profesó a El Paso, revelando que le debía a la ciudad 570,000 dólares por gastos de seguridad por una visita de campaña en febrero.
“Él nos puso como blanco”
El lunes, Trump dijo en un discurso solemne que condenaba el racismo y la ideología de los supremacistas blancos, pero insistió en que las enfermedades mentales son la principal causa de las matanzas con armas de fuego en Estados Unidos. Pero sus comentarios no aplacaron las críticas en El Paso.
El martes, Trump parecía irritado por las críticas veladas del su predecesor Barack Obama, que dijo que la retórica divisiva de los líderes estadounidenses es parte del problema.
En tanto, los investigadores seguían este martes buscando la motivación del autor del otro tiroteo que golpeó a Estados Unidos durante el fin de semana, en Dayton, donde nueve personas murieron. Según una cuenta de Twitter, el joven tenía posturas políticas de ultra izquierda.
Detener el odio
Llamados a la unión como antídoto al odio y al racismo se escucharon este martes a escasos pasos de la Casa Blanca, donde un grupo de activistas se concentró para expresar su pesar por los tiroteos de este fin de semana que causaron 32 muertos, muchos de ellos de la comunidad hispana.
“Ubícate en el lado correcto. Únete contra el odio”, “Estamos con los inmigrantes y los solicitantes de asilo” y “No odio” se leían en carteles variopintos empuñados por manifestantes que acudieron a una protesta convocada por alrededor de quince organizaciones cívicas en Washington.
El director ejecutivo de Labor Council for Latin American Advancement (LCLAA), Héctor Sánchez, consideró que lo sucedido en El Paso “es la culminación de los ataques” que el presidente comenzó con su campaña “contra mexicanos, contra latinos, contra inmigrantes”.
Sánchez consideró como una “masacre” y un “crimen de odio” lo ocurrido en El Paso, donde el pasado sábado un hombre de 21 años que previamente había escrito un manifiesto en el que advertía de una “invasión hispana en Texas”, abrió fuego contra los empleados y los clientes de un centro comercial.
Para María Teresa Kumar, presidenta de la organización Voto Latino, con la actividad de hoy le están enviando “un mensaje” al presidente estadounidense, Donald Trump, de que la comunidad latina está unida.