Zheger Hay Harb
Aunque en 2004 se emitió la ley de Justicia y Paz que sirvió de marco a la desmovilización de los paramilitares y sus antiguos jefes fueron extraditados a Estados Unidos, todo parece indicar que esa red delincuencial sigue viva.
Así parece demostrarlo la reciente captura por extorsión y homicidio de dos de las hijas de Hernán Giraldo, el capo que instauró un reinado de sangre, violación y terror en una de las regiones más bellas de Colombia, la Sierra Nevada de Santa Marta, hogar de tres etnias indígenas y parque nacional natural, donde controlaba rutas del narcotráfico y contrabando de armas entre Colombia, Europa y Norteamérica.
Es oriundo de la zona cafetera del centro occidente del país y se afirma que llegó a la costa Caribe enviado por los carteles de Cali y de Medellín. Como muchos de los frentes paramilitares, el suyo, llamado Zona Bananera, fue creado bajo la cobertura de la Convivir Conservar, que funcionó legalmente entre los años 95 y 98 como cooperativa de seguridad privada hasta cuando fue cerrada por violaciones a los Derechos Humanos. Entonces Giraldo creó las Autodefensas Campesinas del Magdalena y la Guajira, cuyos miembros se entrenaban en el ejército en total complicidad.
(Las Convivir fueron creadas a instancias de Alvaro Uribe con el pretexto de que los ganaderos y campesinos necesitaban defenderse de la guerrilla).
Ese grupo controlaba los puertos de salida de la droga por el mar Caribe y por eso tuvo enfrentamientos con la Autodefensas Unidas de Colombia, que también necesitaban utilizar los puertos, que cobraron la vida de 200 personas. Según el entonces jefe de informática del DAS (organismo de inteligencia del Estado), su poder alcanzó para hacer nombrar alcalde de Santa Marta. Las peleas entre grupos paramilitares paralizaron en varias ocasiones la ciudad ordenando el cierre total del comercio y establecimientos públicos.
Se desmovilizó en 2006, con 1,167 personas que dijo conformaban su ejército. La justicia le atribuye unas 67 mil víctimas. La Fiscalía Novena de Justicia y Paz le imputó 695 casos. En 2008 fue extraditado a Estados Unidos por el delito de narcotráfico pero se asegura que dejó personal de su confianza encargado del control de la Sierra Nevada donde continúa delinquiendo.
Giraldo se encuentra recluido en una cárcel de Texas y en un año deberá ser liberado por condena cumplida por el delito de narcotráfico, que es el único contemplado en el Tratado de extradición entre Colombia y Estados Unidos, por lo cual las 2,000 víctimas de violación, la mayoría de ellas menores de 14 años (en quienes engendró 35 hijos reconocidos) y los caídos en masacres y otros delitos, no alcanzarán a recibir la verdad y reparación a que tienen derecho ni verán esos crímenes investigados y sancionados.
Recientemente han sido capturadas dos de sus hijas, pero las autoridades consideran que por lo menos 12 de sus familiares operan rutas del narcotráfico y siguen sembrando el terror en la región mediante amenazas, extorsiones y secuestros y se sospecha que también sean responsables de sicariato. Y, con el mayor cinismo, posan de líderes sociales.
Cuentan con un grupo armado al parecer conformado por antiguos paramilitares y extorsionan desde hoteles hasta a los vendedores ambulantes para dejarlos funcionar. Pero al parecer la comunidad los apoya por miedo porque temen que cuando Giraldo salga de la cárcel reclamará los bienes que acumuló mediante expropiación a sus víctimas.
En momentos en que, Alvaro Uribe, responsable de la creación de las Convivir que mutaron en grupos paramilitares y de la falsa desmovilización de esas organizaciones se ha encarnizado contra el proceso de paz con las FARC aduciendo mentirosamente y contra toda evidencia que no se desmovilizaron, es bueno recordar esos pasajes negros de nuestra historia para desmontar los infundios y comprometernos con un sonoro NUNCA MAS.