BAGDAD, Iraq, 3 de enero (Agencias).- La escalada entre Estados Unidos e Irán continuó este sábado con un nuevo bombardeo estadounidense contra los proiraníes en Irak, que se prepara para celebrar con gran pompa el funeral del poderoso general iraní Qasem Soleimani y de su principal lugarteniente en el país.
Poco después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, asegurara que no buscaba la guerra con Irán, Washington volvió a atacar en Irak.
Hubo “muertos y heridos” en un bombardeo aéreo al Norte de Bagdad contra un convoy de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares proiraníes ahora integrados en el Estado iraquí, dijo una fuente policial.
Las Fuerzas de Movilización Popular han acusado a Estados Unidos, que aún no ha reaccionado.
Mientras China, Rusia, la Unión Europea, Gran Bretaña, Francia o Alemania llamaron a la calma y a la prudencia, Irán y el Hezbolá libanés, el Hamas palestino y los hutíes yemenitas clamaron venganza. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió su viaje a Grecia para regresar de urgencia al país.
El presidente iraquí, Barham Saleh, instó a “todo el mundo a la moderación” mientras que el influyente líder chiíta Moqtada Sadr, anunció la reactivación de su milicia anti-EEUU, el llamado Ejército de Mehdi.
Este bombardeo amenaza con provocar “una peligrosa escalada de la violencia”, advirtió la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, la demócrata Nancy Pelosi. Los congresistas de Estados Unidos no fueron informados con anterioridad del ataque ordenado por Trump.