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KERMÁN, Irán, 7 de enero (AFP/AP).- Más de 50 personas murieron y varias decenas resultaron heridas en una avalancha humana durante el entierro de Qasem Soleimani en Kermán, donde una impresionante multitud se congregó para despedir al general, muerto en un ataque estadounidense en Irak, y para pedir venganza.

Se trata de un nuevo balance de víctimas anunció Abas Amian, jefe del instituto médico-legal de esta ciudad del centro de Irán, publicado por la prensa iraní.

Por su parte, la agencia semioficial Isna, citada por el jefe de los socorristas de la ciudad, Mohammad Sabéri, habló de 212 heridos.

El centro de su ciudad natal era una marea de gente, similar a las que se vivieron el domingo y lunes en Teherán y otras ciudades donde los féretros del general y de sus compañeros de armas muertos con él recibieron un baño de masas.

Soleimani era jefe de la Fuerza Quds, la unidad de élite encargada de las operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución (el ejército ideológico iraní) y fue el arquitecto de la estrategia expansionista de Irán en Oriente Medio. El viernes fue blanco de un ataque con dron estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad.

El proceso de “expulsión de Estados Unidos de la región ha empezado”, arengó a la masa congregada en Kermán el general de división Hosein Salami, comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución.

El parlamento iraní votó este martes una ley que considera “terroristas” a todas las fuerzas armadas de Estados Unidos tras el asesinato de Soleimán.

“El mártir Qasem Soleimani es más poderoso y vivo ahora que está muerto” y “más peligroso para el enemigo”, aseguró el jefe de los Guardianes.

Ascendido a título póstumo al grado de general de Cuerpo del Ejército, algo inaudito desde hace años en Irán, el oficial es visto en su país como un héroe por el combate que libró contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Esto evitó, a ojos de los iraníes, que su nación multiétnica se desintegrara como ocurrió con sus vecinos Irak, Siria o Afganistán.

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