A inicios de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó por el hallazgo de una mutación de COVID-19 detectada en visiones de Dinamarca, situación que de propagarse en humanos, disminuiría la efectividad de la vacuna que actualmente se desarrolla para combatir la enfermedad, motivo por el que autoridades decidieron sacrificar a los animales.
De acuerdo con la BBC, dicho virus infectó a 12 personas, todas ellas trabajaban en algo relacionado con los animales o en granjas. Luego de ello, funcionarios daneses decidieron realizar una matanza masiva de este animal, en la que 17 millones de visiones fueron sacrificados.
Sin embargo, en los últimos días medios locales reportan que la consecuencia de ello empieza a afectar a las poblaciones aledañas de donde fueron enterrados, ya que la descomposición de los cuerpos de dichos animales están desprendiendo gases y a su vez, los restos están emergiendo de la tierra.
Autoridades de West Jutland, el sitio donde fueron enterrados los visones, aseguran que estos gases no son perjudiciales para la salud por lo que no hay riesgo de contagio.
Además informaron que las tumbas de los visones tenían un metro de profundidad, lo cual provocó que se llenaran de gases y comenzaran a salir a la superficie.
Redacción Digital Por Esto!
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