Pelayo Terry Cuervo
Hace varios días las redes sociales son un hervidero con el tema Cuba. La reproducción de varios videos colgados en Facebook y Twitter sobre la violación de una menor en Santiago de Cuba y todo lo que ello desató en un barrio de aquella ciudad, han provocado la repulsa mayoritaria de las personas, pero también abrió la oportunidad para que unos cuantos intentaran orquestar una nueva campaña mediática contra la mayor de las Antillas.
Los hechos ya se conocen al detalle. Fuentes oficiales ofrecieron pormenores, en un panel informativo difundido por el telecentro provincial Tele Turquino, sobre cómo ocurrió el acontecimiento. El violador, que había sido denunciado por la madre de la niña, fue identificado en áreas cercanas al bloque J del Distrito José Martí, e inmediatamente fue perseguido hasta el reparto Nuevo Vista Alegre por un grupo de vecinos coléricos, que intentaron imponer la justicia por sus manos.
Las autoridades, como les corresponde, intervinieron en el asunto. Ese hecho, en medio de las tensiones generadas por la situación, fue utilizado por elementos inescrupulosos y oportunistas que, aprovechándose del rechazo popular, intentaron convertirlo en un incidente de alteración del orden público, en el cual se tiraron piedras y se agredieron a los agentes del orden.
Esa es la realidad de los hechos. Sin embargo, el clima que se ha propagado a través de las redes sociales es completamente distinto. Los manipuladores de lo ocurrido echaron mano a sus teléfonos, grabaron y subieron inmediatamente a Facebook y Twitter, con un morbo que causa repulsa, una andanada de imágenes y videos (del violador golpeado, del equipo médico que lo atendió y hasta de la misma pequeña), con la marcada intención de manipular, incitar al odio y transmitir un mensaje distorsionado de la realidad.
Se ha tratado de decir que los agentes de la PNR agredieron a la ciudadanía, cuando, como los propios videos muestran una y otra vez, apegados a los modelos de actuación previstos y como establece la ley, lo único que hicieron fue preservar en aquellas circunstancias la vida del autor del hecho.
Hay un video difundido en su canal por el youtuber Guerrero Cubano que muestra a las claras a una joven oficial, jefa del sector de la PNR del reparto Nuevo Vista Alegre, quien, junto a otro colega suyo, protegen, con su cuerpo, la vida del violador confeso, para evitar que la justicia se aplicara fuera de la ley; ambos policías actúan ante la soberbia de los ciudadanos indignados que bajo la presión del momento pretendían linchar al violador.
Esa grabación es, sin dudas, el mejor desmentido contra las campañas que tratan de empañar la actuación profesional las fuerzas del orden en Santiago de Cuba.
Ya hoy se sabe que la niña se encuentra fuera de peligro, luego de ser atendida en una institución médica. El pedófilo comisor del delito, ya confeso, está a disposición de la justicia y dada la gravedad de su acto, debe caer sobre él todo el peso de la ley.
También se conoció por informaciones de prensa que están en marcha las investigaciones pertinentes en relación con aquellas personas que, aprovechándose de la situación, agredieron a los agentes de la PNR y alteraron el orden, los que serán presentados a la fiscalía en correspondencia con la gravedad de su participación en los hechos.
Cuba respondió, como siempre, con serenidad y mesura, y ante las incitaciones mediáticas de aquellos que no respetan la verdad, mostró y desmontó las patrañas urdidas a partir de un lamentable suceso que tiene todavía en vilo a los pobladores de la ciudad oriental.
Los videos están más que claros y quienes piensen que pueden pasar gato por liebre es porque así lo desean, pues de solo apreciar lo que circula en las redes sociales, pueden comprobarse las nuevas falacias urdidas a raíz de este reprochable acontecimiento.
Hoy, más que nunca, hay que estar alertas ante lo fácil que es, con el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, distorsionar la realidad, utilizando las bondades de las redes sociales e Internet.
Hay que ir aprendiendo y entrenándose en cómo discernir, en ese inmenso mar de informaciones con el que tropezamos a diario, dónde está la verdad y la esencia de lo ocurrido. Solo así podremos salvarnos de la manipulación y las malas intenciones de quienes aprovechan cualquier motivo para prejuzgar y enrarecer. Y en el caso cubano hay que estar más que alertas, porque siempre están listos aquellos que, en su odio visceral contra la Revolución, quieren aniquilarla, a partir de la cautela con la que aquí se actúa en momentos como este, respetando las esencias y la intimidad de los afectados.
Por mucha manipulación que intenten realizar, la verdad siempre sale a flote y como en este caso, está ahí para ser comprobada.