Manuel E. Yepe
La reciente amenaza estadounidense de desencadenar una carrera armamentista nuclear contra Rusia y China y “ganarla” fue un reconocimiento de la debilidad estratégica de Estados Unidos. El presidente estadounidense ya había amenazado con ello, pero esta vez se hace más evidente porque encierra una virtual confesión de Washington de su incapacidad para igualar las nuevas armas hipersónicas de Rusia y de impedir el ascenso de China al poder global como gran potencia dominante.
Apelando a sus acostumbradas invenciones generadoras de “fake news” Trump había afirmado que estaba conversando con Rusia y China y “quizás con alguien más” sobre la formulación de un nuevo acuerdo de control armamentista, lo que parecía anunciar un giro con respecto a su anterior retórica beligerante sobre la victoria inevitable de Occidente en una carrera armamentista contra estas dos grandes potencias nucleares.
En una conferencia sobre la no proliferación en Moscú el 8 de noviembre del pasado año, Lavrov dijo: “Las señales emitidas por Washington no inspiran optimismo sobre el futuro del tratado”.
Rusia ha instado a EEUU a mantener el nuevo tratado START, firmado en 2010 por los entonces presidentes Barack Obama, de Estados Unidos, y Dmitry Medvedev, de Rusia. El objetivo del acuerdo sería limitar a cada una de las partes (Estados Unidos y Rusia) a 1,550 ojivas estratégicas.
El tratado requiere de una renovación formal en menos de dos años, o de lo contrario se extingue. Donald Trump ha insinuado repetidamente que su administración no va a defender el acuerdo y lo ha desacreditado calificándolo de “unilateral”.
En entrevista reciente con el londinense Financial Times a fines del pasado año, el presidente Vladimir Putin advirtió que si EEUU desconoce el tratado, una carrera armamentista mundial se convertirá en un grave un peligro real.
China no es signataria del nuevo START. Se calcula que su arsenal nuclear comprende unas 300 ojivas, por lo que es mucho más pequeño que los de Estados Unidos y Rusia, con unas 6,500 ojivas cada uno.
Sin embargo, China ha desarrollado una formidable gama de misiles de crucero de corto y mediano alcance que no pueden llegar a América del Norte, pero representan un grave desafío para los buques de guerra de EEUU que patrullan la región Asia-Pacífico.
Para contrarrestar esta percepción de amenaza china en que descansan los motivos de EEUU para cancelar el Tratado START, a principios de este año, el régimen estadounidense declaró que la medida se tomó porque Rusia había violado el tratado con falsas acusaciones, pero el verdadero motivo que tenía era liberarse de las ataduras que el tratado les imponía para poder enfrentar los misiles de corto y mediano alcance de China.
En una reciente entrevista el jefe de la diplomacia de Rusia, Sergei Lavrov, condenó la falta de compromiso de Estados Unidos con el control de armas cuando dijo: “Lamentamos no haber visto ninguna respuesta concreta de EEUU. Lo único que quieren es involucrar a China en este control de armas”.
China no es signataria del nuevo tratado START. Se calcula que su arsenal nuclear comprende alrededor de 300 ojivas, que son unas 6,500 cada uno; mucho más pequeño que los de Estados Unidos y Rusia, según la Asociación para el Control de Armas con sede en Washington DC.
Lo que China ha desarrollado es una formidable gama de misiles de crucero de corto y mediano alcance que no pueden llegar a América del Norte, pero representan un grave desafío para los buques de guerra estadounidenses que patrullan la región de Asia y el Océano Pacífico.
Esta percepción de amenaza china es el motivo que llevó a cancelar el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) con Rusia a principios del pasado año. El verdadero motivo para Washington fue liberar sus manos para enfrentar a China con misiles de corto y mediano alcance prohibidos por la FNI.
EEUU está agitando la inseguridad global al adoptar la postura de deshacerse del Nuevo START en el cálculo de que Rusia hará lo que le pida para acorralar a China en una supuesta nueva “gran negociación”.
El otro gran objetivo de Estados Unidos es frenar el nuevo conjunto de armas hipersónicas no nucleares de Rusia, campo en el que Rusia está muy por delante de EEUU.
Mientras que el Pentágono ha malgastado billones de dólares en guerras y operaciones de cambio de régimen en las últimas dos décadas, Rusia ha desarrollado toda una nueva clase de armas que pueden evadir cualquier sistema de defensa contra misiles.
Washington reconoce que ha sido estratégicamente superado.
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