CIUDAD DEL VATICANO, 26 de febrero (AFP/AP/EFE).- El papa Francisco manifestó su solidaridad a todas las personas contagiadas con el nuevo coronavirus y al personal sanitario que los atienden, tras lo cual apretó las manos a decenas de fieles durante la tradicional audiencia de los miércoles en la plaza de San Pedro.
“Quiero expresar nuevamente mi proximidad con los que sufren por el coronavirus y los trabajadores de la salud que los atienden, así como las autoridades civiles y todos los que trabajan para ayudar a los pacientes y detener el contagio”, dijo Francisco ante cientos de fieles y turistas.
El Papa celebró la audiencia al aire libre en vez de la sala interna Pablo VI, como suele ocurrir en los meses de invierno.
El papa argentino es conocido porque abraza a la gente, besa a los enfermos, se deja tocar e inclusive acepta bebidas que le ofrecen sus compatriotas.
En su homilía con ocasión del miércoles de Cenizas, que marca el comienzo de la Cuaresma, el papa pidió a los católicos de todo el mundo que “apaguen la televisión y abran la Biblia”.
Francisco instó a “renunciar a las palabras innecesarias, a los chismes y rumores”.
Según la tradición cristiana, la Cuaresma es un período dedicado a la reflexión y se inspira en los 40 días de ayuno de Jesús en el desierto.
Con grandes precauciones
Saludando de mano a los fieles reunidos en Roma, el papa Francisco encabezó las ceremonias habituales del Miércoles de Ceniza -que inicia la temporada de Cuaresma de la Iglesia católica-, mientras otras misas para el mismo ritual debieron ser canceladas en el norte de Italia por temor al brote de coronavirus. Ni los sacerdotes ni los fieles llevaban mascarillas, pero Roma se ha librado en gran medida del brote, en momentos en que el número de casos confirmados en Italia crecía a 400.
Otros países católicos tomaron precauciones. En Filipinas, el único país asiático de mayoría católica, los sacerdotes espolvorearon cenizas sobre la cabeza de los fieles en lugar de hacerles la marca de la cruz en la frente para evitar el contacto físico.
El “polvo que ensucia la vida”
El Sumo Pontífice alertó del “polvo que ensucia” la vida y el amor y que incluso se ha depositado en la Iglesia católica en forma de “mundanidad”, durante la misa.
Francisco empezó su homilía recordando el significado de la ceniza con una frase del Génesis: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás”.
“Es decir, somos débiles, frágiles, mortales. Respecto al correr de los siglos y los milenios, estamos de paso; ante la inmensidad de las galaxias y del espacio, somos diminutos”, dijo.
El pontífice criticó una “trayectoria existencial” que va “de la vida al polvo”, al relativismo o la superficialidad, en un mundo que “va mal, el miedo se extiende, hay mucha crueldad y la sociedad se está descristianizando”.
“Miramos a nuestro alrededor y vemos polvo de muerte. Vidas reducidas a cenizas, ruinas, destrucción, guerra. Vidas de niños inocentes no acogidos, vidas de pobres rechazados, de ancianos descartados. Seguimos destruyéndonos”, denunció.
Y añadió: “¡Y cuánto polvo hay en nuestras relaciones! Miremos en nuestra casa, en nuestras familias: cuántos litigios, cuánta incapacidad para calmar los conflictos ¡Qué difícil es disculparse, perdonar, comenzar de nuevo, mientras que reclamamos con tanta facilidad nuestros espacios y nuestros derechos!”. El pontífice lamentó que “hay tanto polvo que ensucia el amor y desfigura la vida” incluso dentro de la Iglesia católica.
“Incluso en la Iglesia, la casa de Dios, hemos dejado que se deposite tanto polvo, el polvo de la mundanidad”, reconoció.
Por esa razón Francisco recomendó afrontar la Cuaresma como un periodo para “cambiar de vida”, no como un tiempo en el que “cargar con moralismos innecesarios a las personas”.